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la bitácora del marqués

RECETAS MAGISTRALES

ENSALADA VILLA LURO

 

Por El Agricultor de Mirada Penetrante

 

 

L a ensalada de la que, a continuación develaremos el secreto de su receta, fue inventada en el barrio porteño que lleva el nombre de Don Pedro Olegario Luro, allá por el año 2005 por el Marqués Milton Sarachaga de la Vega.

La misma bien puede ser utilizada como guarnición de cualquier carne roja, aves e inclusive pescados, o también, como plato de entrada.

  Es de sencilla preparación, nutritiva, sabrosa y saludable.

  Estos son los pasos a seguir:

  Se corta en juliana pareja, ajíes morrones rojos, cebollas y zanahoria en partes iguales y de acuerdo a los comensales (1 de cada una por persona).

Se transparenta las verduras en aceite de oliva, se las salpimenta a gusto y se las flambea con pisco (puede ser cognac o ron)

 Se las deja entibiar y luego se las cubre en un recipiente hondo con una mezcla de queso crema y mayonesa -si es light mejor- mitad y mitad (también se le puede dar un toque de ketchup).

 Se decora con nueces y perejil  picados en forma de lluvia sobre la fuente o plato de presentación.

  

COMENTARIO REAL (acerca de Atlanta 1 vs Comunicaciones 2, disputado el 15/09/08)

INCOMUNICADOS

 

 

Por el Marqués Milton Sarachaga de la Vega

 

 

No mi fiel escudero, el título de esta crónica no hace referencia a los detenidos en las mazmorras de la polémica fiscalía ciudadana que funciona debajo de las graderías que dan a la calle Von Humblodt, sino a la sorpresiva derrota acontecida en la noche de este lunes, ante los desconcertados carteristas del Parque de la Agronomía.

Y esta derrota, no solo ha dejado a la escuadra atlante sin el orgullo del invicto que exhibía en condición de local, sino que ha quedado en nuestras boca, junto al amargor por la derrota, el regusto agrio que acompaña a la injusticia. ¡Si es que existe otra justicia sobre la tierra, además de la que emana del Altísimo!

Atlanta mostró una vivificante mejoría con respecto al espantoso cotejo anterior jugado solo siete días atrás. Es más, la diferencia de rendimiento entre ambas formaciones es la que nuestra frondosa imaginación podría establecer entre la Holanda del 74 y el Victoriano Arenas del 62.

Pero ya sabemos como es fútbol. ¡Jamás será una ciencia exacta como anda diciendo algún farsante y charlatán por ahí!

Será siempre imprevisible y no se gana por puntos como en el pugilismo, ni los merecimientos y goles perdidos suman otra cosa que volátiles registros en nuestra frágil memoria.

El Morocho del Abasto todavía le anda buscando la vuelta a sus players, y aún en lo que se lleva jugado, se advierte una dosis de improvisación y ensayo en los desplazamientos tácticos de la tropa por él comandada.

Es cierto que los bajos rendimientos, las heridas de guerra y los virus endémicos conspiran contra sus elucubraciones y debe andar reubicando piezas en su desordenado tablero de ajedrez.

Para la emergencia debió suplantar a Jesús, convaleciente de una de esas fiebres que asolan esta parte del mundo, por el fortachón Kondriatuk

Tampoco pudo contar con el blondo Natalicchio con una lesión en el isquiotibial izquierdo, o sea, en buen romance que le duele la pierna

Formó un mediocampo con un Eloy como inside derecho con proyección de wing, dos en el punto céntrico con Romeo y Jones, y Cisterna por el andarivel del lado del corazón.

Además dejó al torito Guzmán, sentado como el Pensador de Rodin en el banco, y ubicó a Lucas en la primera línea de fuego, acompañando al ahora goleador Matos.

Todo este andamiaje, dependiendo casi exclusivamente de lo que invente el cerebro y ejecuten los pies del Mágico González. 

  Los villacrespenses tuvieron unos primeros 20 minutos, que aún a riesgo de exagerar, podría calificarlos como casi lujosos. Con un protagonismo estelar de Lucas, que recorría ágil y advertido todo el frente de ataque; buscaba a asociarse al Mágico permanentemente, cruzaba el terreno de los comunicadores con endiabladas diagonales para habilitar ora a Cisterna- muy contenido- ora a un Eloy – vertiginoso-

González, por su parte, aportaba lo suyo con gambetas, gambetitas, pisada y hasta un sombrero de copa y bastón,

En ese lapso pudo concretar Lucas de palomita (es la segunda seguida y la tercera es la vencida) Matos de cabeza y Eloy hizo que la pelota bese levemente la base del madero izquierdo de Aguirre.

Luego de esta furibunda ráfaga el partido entro un período de convivencia pacífica entre ambos contendientes y los visitantes se fueron acercando a los dominios de un Ramírez que jugó su peor partido desde que fue conchabado por la noble institución bohemia.

Dos cabezazos del longevo Banegas a punto estuvieron de doblegar el arco Atlantero

El último cuarto de hora de este fragmento de la batalla vuelve a mostrar a los azul y amarillo más predispuesto a consagrarse como triunfadores de la contienda que su timorato huésped.

La segunda mitad vio a un Atlanta nuevamente más agresivo y rondando el arco agrónomo, como el galán la esquina de su amada,  y logró hilvanar algunas jugadas peligrosas, que si la suerte hubiese sido más caritativa, bien pudieron finalizar en gol. La más clara fue un arcabuzazo de Cisterna que encontró otro palo de Aguirre como obstáculo insalvable.

Pero en un escalada aislada, en el décimo octavo minuto, Banegas se fuga por su lateral y desde un ángulo cerrado, aprovecha el agujero en el primer palo que le había obsequiado amablemente el portero de los anfitriones y abre el marcador.

Mueve entonces la estantería el Morocho y troca a Cisterna por el virrey Bianchi y al torito Guzmán por Eloy, que estaba exhausto después de haber corrido más que Delfo Cabrera en Londres.

La acumulación de atacantes no brinda los efectos y deseado, menos aún cuando ingresa Billoti por Kondriatuk.

Los iniciales embates atlanteros comienzan a diluirse en centros previsibles y falta de certeza en los pases en zona de medialuna.

El callejón entre el área de Comunicaciones y la línea ecuatorial parece Corrientes y San Martín a la hora de los bancos: una multitud confundida,  tropezándose uno contra otros.

En un contraataque modelo, Chiquilito  (no te puede hacer un gol un tipo con ese nombre) decreta el 2 a 0.

Parece que esto no le gustó mucho a Jones, que ahí nomás, a la jugada siguiente, le pega un piñón sin pelota al propio Chiquilito en el medio de la cancha y se va a los vestuarios a arrepentirse de su acción.

Moría el partido y nuestra ilusión cuando Matos, a la salida de un tiro libre indirecto, marca inútilmente, su tercer gol con los colores de Atlanta, mientras el árbitro Suárez se pensó que era carnaval  y tocaba pito a lo loco.   

Finish y kaput.

Se mejoró en el juego y se empeoró en el resultado.

¿Ser o no ser? ¿Gustar o ganar? That is the questions.

COMENTARIO REAL (acerca de Acassuso 0 vs Atlanta 0, disputado el 08/09/08)

LA COPA DEL OLVIDO

 

Por el Marqués Milton Sarachaga de la Vega

 

 

   Casi no me di cuenta del frío polar que traían las brisas de El Plata hasta las graderías  del estadio Vicente López, de tanto entusiasmo que tenía, ante la posibilidad de que Atlanta conquistara una nueva copa que acompañara a la gloriosa Suecia en las despobladas vitrinas del club.

Pero finalmente la Copa Aniversario, que estaba en juego, terminó en mano de los locales y tuvimos que conformarnos con un valioso sub campeonato, merced a un caprichoso y autoritario reglamento, confeccionado por los locales que estipulaba que en caso de empate serían ellos los ganadores.

¡Así cualquiera es vivo, mi fiel escudero! ¿Qué otro resultado podía salir de tanta medianía y torpeza en el manejo de preciosa esférica y tanta dificultad para visualizar a un amigo con la camiseta de los mismos colores para hacerlo destinatario de un pase?

¿Qué otro resultado que un amargo 0 a 0 era posible? Amargo, como los cafés con leche que tú me sirves cada mañana.

Si tuviera mi pluma la posibilidad de convertirse en un virtuoso pincel como el de Velásquez o el de Goya y Lucientes, dibujaría la pifiada brutal del 4 de los susodichos a un pelota parada, como trágica alegoría de lo presenciado anoche, a la vera de la avenida General Paz.

Es que el fútbol es como el arte de amar: Hace falta que la mujer quiera y que el hombre pueda.

Y aquí Acassuso no podía y Atlanta no quería.

Porque los visitantes donde siempre son locales, salieron a la gastada gramilla calamar, fiel a la filosofía del Morocho del Abasto, básicamente a rescatar un punto y si, los albures de la fortuna lo permiten, garronear dos más.

Claro que la tarea se vio facilitada por los propios jugadores nórdicos, que son tan peligrosos como una tortuga hibernando.

El entrenador bohemiense repitió su esquema tradicional: como siempre ubicó un solo arquero (Ramírez)  tres en la defensoría (Cherro, Arancibia y Jesús), dos centrojases (Romero y Jones,  aunque este último a veces tiende a despegarse un poco), un carrilero por flanco (Guzmán y Caccialanza) un delantero por fuera (Eloy) y un revienta redes (Matos).

El volante más peligroso de nuestros consorcistas era Jones, que en un primer tiempo nefasto se cansó de generar contraataques con sus pelotas perdidas y pases injustamente entregados.

Pero la impericia y poca temeridad de los vanguardistas albiazules era neutralizada sin despeinarse por la sólida zaga atlante.

¡Que Dios me perdone que insistencia poniendo un timbre se atención sobre el buen funcionamiento de este sector, que le permite a Ramírez pasar veladas y jornadas apacibles, con el único esparcimiento de lucirse descolgando inocuos centros aéreos ¡

Y este andamiaje defensivo descansa, casi siempre, en la faena anónima y eficiente del petizo Arancibia que algún día obtendrá el reconocimiento público que merece.

En el primer tiempo jugó mejor (es una manera de decir) Acassuso, pero siempre en el grado de tentativa, sin agredir ni preocupar.

Atlanta tenía todo controlado, de acuerdo a sus módicas ambiciones. Era suficiente con el correcto trajinar de Romeo para subsanar las macanas de Jones y la inexistencia material de Caccialanza (Nadie le niega una gran espiritualidad)

El torito Guzmán era lo de siempre, una llovizna que jode pero no moja, y todas sus intentonas son desbaratadas sin problemas con un simple golpe de cadera de su marcador.

Eloy es pura voluntad y Matos no consigue nunca darse vuelta con la pelota dominada.

Y el Mágico tuvo algunos chispazos pero, en función de equipo, su labor naufrago en el mar de barbaridades que proponían sus compañeros de trabajo, con una y otra camiseta.

En el segundo de los períodos la cosa no mejoró mucho y era imposible empeorarla.

A eso de las diez y cuarto, el alineador de los porteños hace ingresar a Ferreiro por el Mágico y al virrey Bianchi por Eloy. A Caccialanza no lo sacó porque no se dio cuenta que estaba.

El recordado Nardozza, de brillante paso por Villa Crespo, pone a Luis González el hermano de Miguel y entre los dos parientes redondean una tarea que más que a Merlín o a Mandrake, hacen recordar al Mago Fafa.

 Atlanta encuentra, entonces, un poco más de espacios y hasta casi hubiese convertido un gol  de otro mundo cuando una palomita de Lucas es desviada al córner por el atento Rulh.

En los últimos minutos del match, Atlanta es más y otorga al resultado la categoría de justo.

Ah… antes que me olvide, en algún momento Cisterna reemplazó al torito Guzmán.

Y como no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, por fin el árbitro Rapallini dio por terminada esta tortura propia de la Santa Inquisición.

Mientras alguien de Acassuso levantaba una copa, el público (donde había más hinchas de Atlanta que gente sana) huía despavorido. Y yo con ellos para ya, en la calidez de mis aposentos, olvidar esta pesadilla con un cáliz de buen ponche normando.

COMENTARIO REAL (acerca de Atlanta 1 vs SP. Italiano 0, disputado el 01/09/08)

 PIANO, PIANO, SE VAN LOS TANOS

                

 

Por el Marqués Milton Sarachaga de la Vega

 

 

  Con la esperanza de arrimar el bochín a los pretenciosos líderes de este mediocre torneo, nos  llegamos, una vez más, al estadio de los del Stud Platense y en esta ocasión para ver a los atlantes frente a los encumbrados hijos de los césares y augustos.

  Es que los azurros constituyen  uno de los equipos con mejor arranque en el campeonato y llegan a la emergencia delante del bohemio y sin haber conocido, hasta está cálida noche, el amargo sabor a hiel que produce toda caída.

  Y si bien es prematuro hablar de candidatos, por lo poco que he observado, lo mejorcito viene desde el sector del horizonte por donde el astro rey se pone y donde mirasoles fragateros y gallos moronianos se perfilan con mayor firmeza en este chato firmamento de la B metropolitana.

  El club de nuestros desvelos, por su parte, ha demostrado su tendencia a ser un equipo mecanizado, amarrete y calculador, dependiente en forma casi absoluta de lo que depara el díscolo cerebro y las hábiles piernas del Mágico González.

  Sin él, como si nuestra amada, nosotros no somos nada.

  Para esta batalla contra las fuerzas garibaldinas, el Morocho del Abasto dispuso de algunos cambios en relación a la nómina que igualara a San Pedro Telmo.

  Así el chaval Caccialanza reemplazó al Torito Guzmán, en tanto el recuperado Natalicchio recuperaba su plaza y enviaba a la banca supletoria a Cisterna. Seguramente buscando

mayor letalidad ubicó al nieto del viento Eloy para acompañar al grandote Matos.

  También modificó la arquitectura del team con el basamento de Cherro, el petizo Arancibia y Jesús para proteger la requerida humanidad de Ramírez. Tres volantes netos con Natalicchio por diestra, Romeo de centrojás y  Caccia por izquierda. Un pasito adelante Jones y de enganchador el Mágico. Arriba y por afuera Colombano y para facturar en el punto del penal  el mentado ex funebrero.

 Y no bien se inició la lid el bohemio se lanzó sobre su rival sobre el mismo sonido del gong, como Takayama sobre Acavallo en el Tokio de 1966.

  Parecía que pronto íbamos a tener novedades y que el asunto se definiría por la banda derecha de las tropas villacrespenses, donde Natalicchio, el veloz Eloy y el Mágico inclinaban el fiel de la balanza para el lado de los locales.

 Pero el enjundioso andar campante de los atlantes duró un cuarto de hora, que es lo que tardaron el pelado Heredia y el vejete Britos en empardar  el entrevero en la mitad del terruño. 

  Fue el circo central el escenario principal de una lucha equilibrada y poco punzante a la hora de adentrarse en zonas de definiciones.

  La defensiva de los porteños respondía sin demasiado esfuerzo para neutralizar a los atacantes bersaglieros, apuntalados por el buen trabajo de su último hombre, el Petizo Arancibia, cada día más firme en su ajetreada responsabilidad.

  Así y todo, la más diáfana posibilidad de vulnerar las redes fue un cabezazo del centrofoward itálico a los 20  minutos y que conectó con el jopo peinado con Glostora cuando estaba solo frente a un resignado Ramírez.

  Atlanta contó con alguna que otra situación pero tan tibias como la noche primaveral de este inusual lunes setembrino.

  Un disparo del Mágico desde lejos que impactó en el cuerpo de un inoportuno defensor, un pase de testa de Matos para el mismo González interceptado por otra inoportuna camiseta azul y un tiro de Colombano  desde un ángulo cerrado que cayó mancita, como un bambi recién nacido,  en los tiernos brazo del bien amado arquero Anconetani.

  Natalicchio ingresa herido al vestidor y el Morocho del Abasto lo suplanta por el Torito Guzmán y Atlanta vuelve a comenzar con férrea voluntad el segundo de los períodos, pero los embates primeros otra vez se va diluyendo con el correr de los minutos.

  Nuevamente los acontecimientos comienzan a transcurrir por el monótono ritmo que propone el trote en una meseta.

  Pero a los dieciocho minutos un fantasma recorre Vicente López y la entrada de Lucas , el último ídolo de la calle Von Humboldt, por el insípido Caccialanza sacude a la simpatía bohemiera de su letargo.

  Y junto con Lucas, el virrey Bianchi reemplaza a Eloy de buen rendimiento.

  El alineador auriazul quemaba las naves como Cortés en Veracruz, e iba por la gloria del triunfo.

  El partido comenzó a jugarse, entonces,  casi exclusivamente en el hemisferio itálico y todo lo que hacía Atlanta pasaba por los pies del Mágico, que se encargaba de enloquecer a media retaguardia de los de Ciudad Evita con gambetas, caños y sombreros.

  Pero cuando todo indicaba que la zafra de la velada era de un magro punto, Jones se avivó y le prestó el balón a Lucas que con un pase astronómico habilitó al virrey y el centro de este es enviado al mullido refugio de las redes por el grandote Matos, dejando humillado al ex arquero de San Miguel.

  Solo hubo tiempo para que Ramírez,  maculara una noche de gran seguridad en el juego atmosférico, con un macanón a lo Dosoretz  que casi decreta la igualdad latina.

 Sin más, el Chacho Echenique sopla enérgico su pito y dio por concluida la contienda.

Se volvió a ganar y a sumar. El puntaje es ideal en el calor del hogar y no es tan malo en tierras foráneas, pero el fóbal sigue sin aparecer en todo su esplendor.

 ¿Estará en la dupla Lucas y el Mágico la cuota de arte que exigimos los que tenemos paladar negro cuando nos detenemos a observar la belleza de este deporte?

 Solo el tiempo tiene la respuesta.        

COMENTARIO REAL (acerca de SAN TELMO 1 vs ATLANTA 1, disputado el 23/08/08)

 MEDALLA DE PLOMO

 

Por el Marqués Milton Saráchaga

 

   En la lejanas tierras descriptas por mi colega Marco Polo, donde se inventaron los tallarines y la pólvora; los cuentos y los palitos,  y donde se yergue imponente la Gran Muralla construida por los mandarines para detener las diabólicas embestidas de los khanes mongoles, el balompié argentino ha escrito una nueva página de gloria al consagrarse, nuevamente, único Campeón Olímpico del Siglo XXI.

  Y yo que he conocido del mundo los placeres, confieso que no hay ninguno que se compare a solazarse viendo a Ronaldinho colgarse, humillado, la presea bronceada.

  ¡Ved en alto la enseña que Belgrano nos legó flamear victoriosa en  lo más alto y a sus plantas rendido un león!

  Pero tras este breve y sentido homenaje volvamos, mi fiel escudero, al  fóbal nuestro de cada día.

  Este sábado amaneció luminoso y tibio dibujando un día ideal para gozar de un buen espectáculo deportivo. Nosotros en cambio, en el cumplimiento de nuestros sagrados compromisos lo desperdiciamos yendo a ver San Telmo- Atlanta al pueblo de Belgrano donde los candomberos hacen rentan en estadio  de Defensores, tras su exilio voluntario de la Ínsula de Maciel.

  En homenaje a la economía de palabras podríamos resumir en que lo ofrecido por ambos contendientes fue una porquería mayúscula y que el pobre empate dejó conforme a las tristes ambiciones de ambos conjuntos.

   Pero vamos a justificar nuestro estipendio con la narración de lo visto en el Juan Pasquale en esta quinta presentación del equipo liderado por el Morocho del Abasto.

   Salvo que el caramelo Santos reemplazó al centrojás Natalicchio que no alcanzó a recuperarse del mandoble sufrido en su quijada la  fecha anterior, el alineador villacrespense repitió la misma nómina que ante Brown: Ramírez; el goleador Cherro, el Petizo Arancibia y Jesús; el Torito Guzmán, Santos, el romántico Romeo, Jones y Cisterna; el Mágico y Matos.

  Empezaron bien los visitantes ya que a los 2 minutos dispusieron de un golpe franco en las inmediaciones del área de los del barrio de las antigüedades.  Shoteó el Mágico y el arquero Abraham (con ese apellido, un amigo de la casa) rechazó brillantemente y en el rebote, Cherro le envió el balón de regalo a los atletas que entrenan en el Cenard con vistas a Londres 2012. 

  La respuesta candombera tardó cinco minutos en llegar y fue con un tirito desde afuera que salió por arriba del horizontal de un Ramírez muy recordado por la torcida azul celeste, aunque con poco cariño.

  Precisamente, el golero bohemiense a los 14, salió cortar un centro con el mismo entusiasmo con que Cristina asiste a las conferencias de prensa  Capturó el obsequio un delantero enemigo y su tiro fue capitalizado de taquito “a lo Crespo” por  Rodríguez.

  1 a 0 y la tarde que se ponía fresquita.

   Pero la alegría fue para los santelmista tan efímera como muchas cosas banales y fútiles que  hallamos importantes en nuestras vidas y finalmente no lo son.

   A la jugada siguiente el Mágico le baja con maestría la redonda a un Jones que definió con ímpetu y puntería estableciendo la justa equidad.

   De ahí en más las acciones fueron parejas, trabadas y horribles.

   Hubo una buena tapada del avión Ramírez con el pecho y alguna posibilidad lejana de Matos en el reducto adversario antes de que Prieto los enviara al vestuario a descansar y reflexionar.

  El segundo período se inició sin cambio en las formaciones y en la mentalidad.

   Transcurrido el cuarto de hora, el estratega auriazul decide, fiel a su marcado conservadurismo, resguardar lo poco conquistado y hace ingresar a Kondriatuk y al virrey Bianchi por Guzmán y Cisterna respectivamente, estableciendo una férrea línea de cuatro atrás y enviando al ex velezano al frente álgido de la batalla.

   El delantero demostró una mejor actitud de lo exhibido en Remedios de Escalada pero Atlanta siguió sin levar peligro al reducto contrario.

   Por otra parte era más fácil que Bardach le gane en natación a St que San Pedro Telmo hiciera otro gol.

   Dos potentes disparos desde lejos por  Jones primero y por el Mágico después convirtieron al rubio Abraham en al figura del partido.

   Eso y el debut del pibe Alderete es lo único que merece destacarse en la última parte del mamotreto olímpico protagonizado por bohemios y candomberos.

   Ya te he advertido, mi fiel escudero, que esta temporada no es apta para estetas ni diletantes. Como dijo el maestro Tabárez. “El que quiera ver espectáculo, que vaya al teatro”

COMENTARIO REAL (acerca de Atlanta 1 vs Brown de Adrogué 0, disputado el 15/08/08)

GOLCITO Y FIRULETE

 

por el Marqués Milton Saráchaga de la Vega

   Siempre es saludable, mi fiel escudero, regodearse con las dulzuras que proponen los tres puntitos que trae aparejado toda victoria. Sumar es, de las operaciones aristotélicas, la que termina convirtiéndose en undécimo mandamiento y rigiendo tiránicamente los destinos del arte y negocio del balompié.

   Se me hace entonces, que bajo la tutela del Morocho del Abasto, esta será la ley de oro y rara vez saldremos de los estadios ahítos de buen juego y con los ojos llenos por la generosidad  y grandilocuencia del espectáculo brindado.

   Ejemplo que ilustra mis mesuradas palabras es el encontronazo del pasado viernes ante los tricoloreados de Adrogué, cuando se ganó por un hocico gracias un golcito de poca monta del grandote Matos.

   Y sí, Franco Romero cumplía con ley del ex, hoy no alcanzaría todo el repertorio de maldiciones gitanas hacia el Mágico González que se dedicó hacer firulete, cuando lo que correspondía era darle la estocada final al toro malherido.

  Pero vayamos despacio, como Manuelita que, de este modo, llegó a París desde su Pehuajó natal.

   El poco carismático alineador bohemio decidió dejar en la banca supletoria a Bianchi y poner al romántico Romeo desde el inicio y esquema táctico y estratégico de si gallardo escuadrón fue más o menos este: Ramírez. La línea de salvación con los tres integrantes

habituales: el goleador Cherro, el petizo Arancibia y Jesús.

  Desplegó cinco volantes en el mediocampo con cierta flexibilidad en los carrileros para su proyección. Así ubico a Natalichio orbitando el punto central. A su lado Romero por derecha y Jones por izquierda y por las bandas el Torito Guzmán y Cisterna.

  El Mágico como escalón previo Sebastián Mato que oficiaba de centrefoward.

  Comenzada las acciones mostraban una disposición mejor del local, pero parecía que no le encontraba la vuelta al equipo de Kopriva. Este estuvo muy lejos de ser aquel conjunto arrollador en la faz final del torneo anterior y llegó hasta la avenida Zufriátegui con menos ambiciones que un banquero esquimal.

  La cosa parecía complicarse, hasta que cerca de la veintena de minutos, Cherro tiro un centrito de mala muerte y el bestiún del central sureño pifió con la misma maestría con que lo hubiera hecho el injustamente olvidado Minervino. El obsequio lo recibió el grandote Matos y sin ninguna exquisitez plástica, inscribió su nombre en la lista de los goleadores bohemios.

  Allí lanzamos nuestro resuello de alivio y parecía que el campo se hacía orégano para los anhelos de los craks villacrespenses.

  Sobretodo cuando instantes después el propio Matos eludió la salida del rubio portero y no pudo definir posiblemente debido al grado de esplendor y exhuberancia que tiene la hierba en muchos sectores de la campiña calamar.

  Promediaba el segmento cuando Natalichio se desploma en el terreno como una bailarina de Tinelli y debe ser trasladado a un hospitalario centro de caridad. Ingresa entonces el caramelo Santos y se incorpora a la poblada zona de volantes atlantera.

   A esas alturas de los acontecimientos y hasta el final de la primera parte de la poca combativa batalla, Atlanta exhibía -y repetía- un alentadora solidez defensiva donde se destacaba el petizo Arancibia. Por la zona de tránsito muchas confusión y problemas de dominio del esférico, con una absoluta dependencia de lo que hace o deja de hacer el Mágico. Y a la vanguardia el generoso despliegue y la férrea voluntad de Matos (un jugador extraño que alterna toques de calidad con otros de absoluta torpeza en dosis iguales).

   En el período complementario, los adroguenses salieron un poco más decididos, pero lejos de lanzarse con los ímpetus de los hacedores de proezas. Este tibio embate permitió que los espacios se abrieran un poco más y entonces se inició el show del Mágico.

   Claro que el Morocho del Abasto no es un hombre de gran temeridad y previamente reforzó la patrulla defensiva con la entrada del robusto Kondriatuk por el Torito Guzmán de pálida actuación.

   Pero”quién fue el raro bicho que te ha dicho, che pebete, que pasó el tiempo del firulete

   El Mágico González le pegó un zaino bárbaro a medio equipo de la visita. Algunos de cuyos integrantes le querían comer el hígado salteado con ajo y perejil.   

   Pero su egoísmo monopólico terminó siendo rayano con la irresponsabilidad, ya que en más de una ocasión tuvo un camarada en posición anotadora y optó por su lucimiento personal postergando, de esta manera, la posibilidad de cerrar el partido y hasta de ahorrarle algunos soponcios al sufrido atlanterío.

   Incluso, de puro morfón (¿se decía así en alguno potreros rioplatenses?) lesionó al su compañero y amigo Cisterna.

   Este fue trocado por el debutante Eloy, que amenazó en convertirse en agudo ariete por derecha, pero terminó sumado a la precautoria formación de volantes hasta su infantil expulsión.

   La falta de definición de los auriazules casi recibe su punición cuando un cabezazo de Romero  fue contenido por Ramírez con la ayuda inestimable de todos los santos del cielo.

   Sin más sucesos que sean digno de relato llegamos al final de un nuevo halago para nuestra gloriosa divisa.

   Veremos, ahora, si ante los candomberos pasamos el examen de lograr lo victoria en calidad de huéspedes, para de a poquito ir sacando chapa de candidatos.

   Porque es bien cierto que poco es lo que ha mostrado Atlanta, pero no es mucho más lo que luce el resto de los contendientes. 

COMENTARIO REAL (acerca de Atlanta 0 vs Talleres 1, disputado el 08/08/08)

NADA POR AQUÍ, NADA POR ALLÁ

 

Por El Marqués Milton Saráchaga de la Vega

  Con la Cruz del Sur como norte partimos este viernes olímpico a las deshoras habituales con que se confeccionan las calendas de los actuales torneos de balompié.

   Y en la tarde soleada, pero fría para armadura calada, nos llegamos al modesto estadio de los talleristas escaladores con la casi certeza de regresar a nuestros castillos con la generosa vendimia de tres puntitos después de una tarde mágica.

   Porque los de blanco y carmín venían en picada libre y el bohemio, en cambio, llegaba con aspiraciones de seguir prendido en la élite vanguardista, tras dos resultados positivos y alguna que otra pincelada de buen fútbol.

  Pero, mi fiel escudero, las canas que ocultan mi yelmo se pintaron de infinitos desenga-ños, de innúmeras desilusiones  y de incontables derrotas en entuertos que creía de fácil resolución.

   El Morocho del Abasto pudo sumar para la emergencia al pelirrapado Bianchi y entonces hizo emerger por el túnel la siguiente nómina de cracks villacrespenses: Ramírez para atajar; tres defensores que de derecha a izquierda fueron: el goleador Cherro, el petizo Arancibia y Jesús; repitió como carrileros al Torito Guzmán y a Cisterna;los cincos dobles fueron el blondo Natalicchio y Jones; de táctico, el Mágico; y el mencionado ex fortinero y el grandote Matos para la estocada final.

  A los 10 segundos ya  Cigogna probó con tibieza la concentración de Ramírez. Respondió Atlanta con otro tiro desde afuera de los quince metros.

  Todo indicaba que iba a ser un partido de ida y vuelta. Pero fue sólo de ida. Mejor dicho de venida., ya que a partir de ahí el entrevero quedó circunscrito a la porción del terruño que les tocaba en suerte defender a los atlantes.

  Y eso fue posible dado que la zona central sufrió una invasión masiva de volantes locales, ante la impotencia manifiesta de sus colegas porteños.

   Con la ambición desmedida que caracteriza a  la oligarquía terrateniente no se mostraron dispuestos a regalar palmo de terreno, que por otra parte no estaba sufriendo un asedio muy intenso que digamos.

  Marrone les decía “!Cheeee!” a los que se le animaban por su sector; el Dudy  mostraba algo de sus toques y el vejete Zagharian y -sobre todo- Cigogna hacían el resto entre los ágiles llegados desde las orillas del Maldonado.

   Con ese dominio anularon la zona de gestación, le hurtaron la pelota a Atlanta y obligaron al huésped a una pasiva resistencia.

   Suerte que respondieron bien el goleador Cherro, Arancibia y –especialmente- Jesús. Y cuando la última zaga no podía, estaba Ramírez hecho un avión para salvar los intereses bohemios.

   En la volantería, únicamente  el Torito intentaba; pero al mozalbete le faltan unos buenos platos de sopa de vitina y rara vez logra concretar lo que insinúa.

   Natalicchio debió haber aprendido a jugar al fútbol en el Maracaná ya que sus pases eran todos largos. Jones jugó muy mal y el Mágico, nada por aquí… nada por allá.

   Como inútil atenuante señalemos que la cancha de Talleres es más apta para el moto cross que para el sutil desplazamiento del caprichoso útil esférico.

   Arriba, el pelado Bianchi  evitaba a los simpatizantes bohemios cualquier tipo de añoranza por la ausencia del Boli Castillo, ya que en sus tres primeras intervenciones quedó en posición de orsay. Y Matos, por su parte,  se asimiló solito a la marca que le propusie-ron.

   La primera llegada bohemiera fue un tirito de Jones a los15´ y recién cerca de la cuatro de la tarde obtuvo su primer tiro de esquina.

   A esas alturas del paso del andar implacable de las agujas del reloj, el guardapalos Ramírez había sacado chapa de figura con un par de buenas estiradas y un óptimo dominio del espacio aéreo.

   En el segundo tiempo todo siguió igual, como en la Sicilia del Gatopardo.

   A los 12´ el Morocho del Abasto, fiel a su abolengo zubeldiano, sacó al inexistente Bianchi y ubicó algo más atrasado al romántico Romeo con la probable intención de cuidar el 0 a 0.

  Mas el tiro le salió por la culata, y dos minutos después Campuzzano  saltó con la soledad de los eremitas en el centro del área aurizaul y se la puso allá lejos y hace tiempo al vuelo estéril del número 1 visitante.

  Uno abajo y a remar contra las tempestades.

  Podrían haber seguido jugando hasta los próximos Juegos Olímpicos, y hubiese sido un milagro que la pelota traspusiera la línea blanca del arco defendido por Juan “Mirá como salgo jugando” Gambandé. Es de suponer que el arquero tallerista habrá renunciado al cobro de su estipendio, ya que ni arrugó su uniforme  ni sus axilas exudaron una gota de transpiración. Tal la exigencia del ataque bohemiero, que exhibió menos poder ofensivo que las Fuerzas Armadas de Maldivas.

  Sin que nadie se diera cuenta el niño Bilotti debutó en la primera de Atlanta al  reemplazar al desapercibido Cisterna.

  Cuando estábamos a punto de perecer por congelamiento (el sol se aburrió de tan mal partido y se retiró a dormir la siesta) el piadoso árbitro dio por concluida una lucha que tenía su resultado sellado desde hacía rato.

  Ya de vuelta a mis aposentos noté que en mi entrecejo se había marcado profundamente, la arruga  que dibuja el gesto duro de la preocupación.       

 

COMENTARIO REAL (acerca de Atlanta 1 vs ESTUDIANTES 0, disputado el 03/08/08)

A LO ESTUDIANTES

 

 

Por el Marqués Milton Saráchaga de la Vega

 

  Oportunos mensajeros y la gentileza de una tabernera orientala que accedió a poner en la televisión  de su negocio –ante la complacencia del resto de los parroquianos-,  el segundo tiempo del partido ante los charrúas no uruguayos, me  permitieron estar al tanto del empate conseguido en la Cuna de la Bandera.

   Me preguntaba yo, mientras cruzaba de regreso por las procelosas aguas del Mar Dulce: ¿Este deslumbrante Miguel González del pasado lunes, será el genio y figura que desde tanto tiempo está faltando en los planteles bohemieros? ¿O será uno de esos tantos tahúres, charlatanes o vendedores de baratijas que infinitas veces he hallado en las encrucijadas de los caminos de la vida? Y si es el primero de los casos, ¿No terminaran los intereses mercantiles primando, una vez más, sobre el sentimiento desinteresado del hincha?

  Prudencia te recomiendo mi fuel escudero. Mucha prudencia a la hora de elevar a la categoría de ídolo a un recién llegado.

  ¿O no recuerdas aquel comienzo de torneo, cuando a los veinte minutos del primer tiempo creíamos que el “Boli” Aguilar sería la reencarnación misma de Fabián Castro?

   Lo cierto es que a pesar de las prevenciones propias de mi avanzada edad, nuevamente la sempiterna esperanza me acompañó una vez más al estadio calamar para seguir, como siempre jamás, una nueva campaña de la gloriosa institución villacrespense.

 Y debimos iniciar, como cada temporada el inevitable proceso de conocer a los nuevos reclutas reunidos a defender el blasón azul y amarillo.

  Veamos. El Morocho del Abasto presentó a los siguientes ágiles para la contienda contra la estudiantina casereña: Ramírez, que no parece un avión, como guardapalos. Línea de tres, con continuas mutaciones para la resistir atrás, compuesta por el ya histórico Cherro, Jesús y un tal Arancibia. Dos carrileros que son el Torito Guzmán por la diestra y Cisterna por la banda contraria. Dos centrojases: el morrudo Natalichio y más cerca de los backs, el enamoradizo Romeo. El grandote Jones de intermediario, el Mágico un poco más adelante y el ex huachipatense Matos de punta, intentando pivotear como faro referencial en el área.

  Empezó mejor Atlanta, que parecía iba a aplastar al modesto visitante contra su propia valla,  a través de la obligatoria participación del Mágico, las insinuaciones del grandote Jones y la proyección del celinero Guzmán, hábil y movedizo, pero livianito cual pluma al viento.

   Los atlantes arrabaleaba el reducto pincharratón, pero sus intentonas morían sin lograr traspasar el atrio de Monasterio.  

   Sin embargo prontamente los albinegros lograron empardar el discurrir de los acontecimientos presionando con tenacidad sobre la volantería bohemia, sobre todo en la humanidad del Mágico, que abusaba del toque de primera, pero sin la precisión necesaria. 

  Además la línea postrera local daba muestras de algunos problemas de sincronización y a poco estuvieron las huestes enemigas de abrir el score.

   Pudo ser cuando ante un toque de Noriega, Jesús hizo el milagro y salvó el gol sobre la raya. Enseguida Gáspari, en las barbas misma de Ramírez envió la pelota cerquita del madero derecho.

   Atlanta respondió sobre el final y también tuvo sus oportunidades cuando Jones se lo comió solito o cuando un rebote en la barrera de carne y hueso a la salida de un tiro libre, fue capturado por el Mágico y se fue besando con ternura el poste casereño.

   La segunda etapa, sin cambios en las alineaciones ni en la parada táctica de los contendientes, mostró un comienzo más incisivo por parte de los locales.

  En un duelo místico, Monasterio priva del gol a un cabezazo de Jesús y dos minutos después, el goleador Cherro conectó un centro del Mágico, ante la comprensiva mirada del fondo estudioso y puso el 1 a 0 que decretaría la suerte de la lid.

  A partir de esa conquista, apareció toda la prosapia zubeldiana, y el Morocho del Abasto retrasó sus soldados en franca custodia de la magra ventaja.

  Sustentando esa idea, pero además, para joderle la vida a escribas y relatores hizo entrar a Kondratiuk (o algo así) y a Caccialanza (o algo parecido) y estableció un esquema conservador que reite de  Carlos Pellegrini y Victorino de la Plaza.

  Dos líneas de cuatro y Matos que se mate solo entre los defensores rivales, a la espera del albur de algún contragolpe. Y casi se da cuando el tanque González (recién ingresado) y el ex huachipatense quisieron construir una pared, pero les  0fallaron el compás y la plomada.

  En el último lance del partido, Ramírez levantó el brazo para pedir  la hora y con ese gesto salvó a Atlanta del agónico empate.

  Se ganó y ese siempre es bueno, pero el nivel de juego tuvo poco que ver con el avasallador comienzo en el Gabino Sosa.

  Se ganó con un gol de pelota parada y después a cuidar el resultado.

  ¡Estudiaaaaá,  estudiaaaaá , estudiaaaaá….!