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la bitácora del marqués

COMENTARIO REAL (acerca de Atlanta 2 vs Tristán Suárez 0, disputado el 10/11/08)

COMENTARIO REAL  (acerca de  Atlanta 2 vs Tristán Suárez 0, disputado el 10/11/08)

LECHE CONDENSADA

 

Por El Marqués Milton Saráchaga de la Vega

 

 

Desde mi tierna infancia, allá en la llanura manchega, cuando corría con otros chavales detrás de un balón hecho con soquetes y calcetines multicolores de nuestras madres y abuelas; y más tarde ya, en mi turbulenta adolescencia, cuando lo hacía con una “Pulpo” de goma; vinculé el tratamiento que el útil merecía con el que debía dispensarse a cualquiera de las bellas doncellas de mi marquesado.

Traté de conceder  a esa pelota el fruto más esforzado de mis mejores esmeros. Era el objeto deseado al que obsequiaba mis más delicadas caricias y no pasaba jornada en que intentara cotejarla con el requiebro más dulce. Y ¡Pardiez! Era el hombre más feliz del mundo cuando lograba hacerla sucumbir a mis maniobras más sutiles.

Y si alguna vez, necesité hacerle sentir el rigor y la rudeza que a veces son propia de nuestra virilidad, inmediatamente, como pidiendo perdón,  un ramo primoroso de  camelias perfumadas o de primorosos jazmines acudían en mi ayuda, como divina compensación.

Por eso, mi fiel escudero, al ver a los veintidós burros jugar como jugaron anoche el primer tiempo, me dieron ganas de cortarme sencillamente los huevos.

Y si bien el segundo mejoró un poquitín, no dejo de ser todo –excepto los últimos 20 minutos- un gigantesco despropósito.

Veamos. El Morocho del Abasto se encontró con infaustas novedades que le decían, que una nueva peste había diezmado lo que quedaba en pie de sus raleadas fuerzas combativas.

Armar el equipo era un verdadero puzzle que lo obligaba a azuzar su ingenio y su poder de decisión a la hora de darle forma al plantel definitivo que defendería la gloriosa insignia azul y amarilla.

Improvisó puestos, inventó funciones y determinó un nuevo dibujo táctico, haciendo saltar al vapuleado terreno calamar a estos once intrépidos ágiles: En la meta la avioneta Ramírez. Para este viernes decidió que sean cuatro los defensores, con De Filippi, Jesús Nievas corrido al centro, Jones (¿?) y el gallego Kondratiuk. El mediocampo con el rubio Natalichio, el romántico Romeo y Lucas. Diego Cisterna de enganche y arriba el Virrey Bianchi por los laterales y pivoteando en el medio del ataque el grandote Matos.

La cosa empezó para el lado de los tomates. Los tristaneros son un equipo limitadísimo que baila alrededor de lo que produce su centrofoward Villalba.

Pero con muy poco pudieron abrir el marcador en el primer cuarto de hora. No tanto por el producto de sus virtudes, como por la sucesión de bloopers que generaban los hombres encargados de la custodia del área en el conjunto atlantero.

Ramírez pagaba tributo a sus culpas en el partido anterior y su sesión de terapia no logró devolverle la seguridad indispensable para su álgido puesto. Hasta casi se hace un gol en contra. Pero digamos en defensa del vituperado golero, que se fue asentando y terminó redondeando una actuación aceptable.

Jesús no le encontraba la vuelta a su nuevo conchabo y el siempre eficiente marcador de punta, parecía empecinado en hacerle un gol a su compañero Ramírez.

Era malo lo de los marcadores de punta y los volantes no paraban ni al colectivo en carriles exclusivos. Cisterna estaba lejos del nivel de sus últimas actuaciones y el grandote Matos paseaba por las nubes de Úbeda.

Solo el Virrey Santiago de Liniers que intentaba, peleaba, se movía y buscaba por entre le retaguardia enemiga, pero encontrando poca reciprocidad por parte de sus camaradas.

El primer tiempo se esfumó sin dejar huellas ni en nuestras retinas, meninges y piamadre.

El segundo amenazaba en convertirse en otra porquería digna del oprobio del olvido, pero al lesionarse el gallego Kondratiuk, el Morocho se manda una de cow boys y lo hace ingresar a Pinocho Marecos de marcador de punta.

Y el pibe es un soplo de aire fresco en la tórrida noche noviembral.

Poco después lo saca a Lucas, que se fue directamente al vestidor más enojado que Cristina con Cobos, por el debutante Ortega y Pinocho pasa de volante creativo. De ahí en más se condensa todo lo que hubo de fútbol en la velada ante los rudimentarios lecheros ezeizanos..

En ese momento empieza otro partido y se gesta la ansiada victoria villacrespense.

Enseguida un buen centro es enviado a las mallas por la testa precisa de Bianchi, pero el zapallo de Derevnin anula el buen gol,  vaya a Dios a saber porqué.

Esta injusticia sirve como acicate al honor herido de los atlantes y van a por el triunfo.

Al ratito, Bianchi es frenado con falta y Atlanta que no hacía un tanto de tiro libre desde la época en que los visigodos invadieron la Península Ibérica, consigue, vía un exacto disparo de Diego Cisterna, la apertura del marcador.

Era imposible que los albiazules hicieran un gol, pero Atlanta es Atlanta...

Sin embargo, faltando un puñado de minutos, una vacilación entre los backs visitantes y el dormido de su arquero, es aprovechada por el grandote Matos -que a esa altura nadie sabía donde estaba-  y este de cabeza sella el marcador.

Pudo haber habido uno más, pero torpezas, egoísmos, ambiciones desmedidas y otras miserias humanas, privaron de decorar esa postrera y breve ráfaga de buen juego.

Y allí quedamos, mi fiel escudero, prendidos en un campeonato en el que están todos apretados y mezclados cerca de la punta y que puede terminar siendo para cualquiera.

Ahora acércame aquel plano que nos confeccionara mi amigo Américo Vespusio, que debemos viajar a Mataderos y hace tanto tiempo que no voy que he olvidado el camino. 

COMENTARIO REAL (acerca de Atlanta 1 vs Almirante Brown 2, disputado el 28/10/08)

COMENTARIO REAL  (acerca de  Atlanta 1 vs Almirante Brown 2, disputado el 28/10/08)

HALLOWEEN

 

Por el Marqués Milton Sarachaga de la Vega

 

No, mi fiel escudero, no me refiero a la celebración de la noche de brujas que suelen festejar los despóticos dueños del mundo. Esa estúpida festividad en la que se disfrazan y le ponen velas a las cáscaras de zapallos vacía; y que después hacen como dieciocho películas espantosas sobre el mismo tema.

Lo peor es que a algunos tilingos criollos se le dio por imitarlos y mansillan la nobleza del histórico barrio de San Telmo con esta fiesta foránea e imperialista.

No es eso de lo que estoy hablando sino de la noche de este viernes 31 de octubre que fue de terror para las aspiraciones bohemias y donde los fragateros de  La Matanza nos pasaron por arriba.

Confieso que llegué al campo de  batalla recubierto de un renovado optimismo adquirido tras el buen desempeño de nuestra escuadra en el pueblo de Belgrano unos pocos días atrás.

Pero las brujas actuaron en su noche y los villacresperos fueron solo un espectro de aquel equipo compacto y vistoso que debió regresar victorioso de su incursión por los dominios del Dragón.

Para mejor, discretos informantes me habían comunicado que el grandote Matos haría pareja en la vanguardia con el virrey Santiago de Liniers, constituyendo la mejor delantera que puedo imaginar en estos momentos. Al menos hasta el retorno esperado del blondo Eloy.

Salvo este cambio del goleador por el castigado Jones por haber acaparado cinco tarjetas de advertencia, el Morocho del Abasto introdujo en el terreno calamar la misma formación que la fecha anterior.

Seamos piadosos con lo infieles que no nos leen todas las semanas y vamos a recordársela: De cancerbero, Ramírez. La cuestionada línea de tres con Cherro, el petizo Arancibia y el rudo Jesús Nievas. El mediocampo con el Torito Guzmán, el rubio Natalichio, el romántico Romeo y Lucas Ferreiro. De enganchador Diego Cisterna y la dupla ya mencionada de Bianchi y Matos en la ofensiva.

Desde el exacto instante en que el juez ordenó iniciar el juego se notó que los mirasoles eran más y que había que remar en un mar de dulce de leche para no salir perdidosos de la contienda.

Los de la casaca de Peñarol inmediatamente se adueñaron del sector de gestación con la misma prepotencia que el General Roca de los territorios tehuelches.

De la Canal, Bernuez y en especial Gandarilla borraron con potencia y buen toque a hases e insides bohemieros. Arriba el negro Alves hacía bailar bossa nova, capoeira y carnaval carioca a toda la defensa local.

Y eso porque Natalichio no acertaba ni en la marca ni en la entrega. Porque Romeo jugó su peor partido desde que es empleado de la institución de Von Humboldt al 400, porque a Lucas enseguida le agarró la chiripiorca y empezó a correr desbocado por toda la cancha, y    

porque Guzmán sigue pagando tributo a su endeblez física.

   Del naufragio frente a La Fragata solo se salvaban Cisterna que se esforzaba por convertirse en gran conductor y Bianchi en el primer trabajador luchando solo, ante la torpeza e inoperancia de su compañero de fórmula Matos, por todo el frente enemigo..

 

 Sin embargo, promediando la etapa los atlantes insinuaron una esperanzadora reacción que reavivó las ilusiones con la que habíamos arribado.

Fue cuando Cisterna pudo hacerse del útil y Guzmán ganar algún entrevero en su zona, pero los embates de los grisperlados se esfumaron en  inofensivos disparos efectuados desde distancias siderales.

Parecía que Atlanta zafaba en aquella primera etapa de la persistente iniciativa de  los casanoveros, pero el minuto final ha sido históricamente trágico para nuestras tenues ambiciones.

Y así fue nomás, un centro exacto al plexo de Ferrer y este, que la para con categoría y define con contundencia

Y nuestros jugadores se van a hacer reposar sus músculos al vestidor con el resultado en contra.

Para la segunda etapa el Morocho del Abasto enroca a Guzmán con Ferreiro cambiándoles los laterales de su influencia, pero la cosa no mejora.

Almirante se retrasa tácticamente y se agazapa. No hacía falta ser Nostradamus para  imaginar que era más fácil que el huésped hiciera el segundo a que Atlanta lograra empardar el score.

Y tal profecía no tardó en cumplirse  y fue cuando un contraataque por el sector zurdo de la defensa bohemia encabezado por el brasileño Alves desairó primero la marca lenta de Cherro y después se aprovechó de las dudas existenciales de Ramírez para estampar un balinazo impresionante.

El alineador bohemio mueve el banco y hace ingresar a Jorge González y a Pinocho Marecos (chiquito pero interesante); pero la suerte ya estaba echada.

Los osados visitantes se dedicaron,  pues,  a manejar bien el encuentro y esperaron en las cercanías de Llinás el girar inevitable de las agujas del reloj.

Al divino botón entró De Filippi y sobre el final el virrey Bianchi hizo un gol inútil como una brújula en un sótano.

Y aquí termina esta historia de la noche de brujas, en que nos dejaron muertos como para que festejemos el 1° de noviembre.

 

COMENTARIO REAL (acerca de Def. de Belgrano 1 vs Atlanta 1, disputado el 25/10/08)

COMENTARIO REAL  (acerca de  Def. de Belgrano 1 vs Atlanta 1, disputado el 25/10/08)

LA NOBLE IGUALDAD

 

Por el Marqués Milton Sarachaga de la Vega

 

Las tempranas noticias que llegaban desde el barrio  de los Corrales Nuevos que daban cuenta de la derrota del puntero, redoblaron mi entusiasmo e hicieron que picara con furia a mi enjuto rocín y apurara el paso hacia el pueblo de Belgrano, otrora capital de este hermoso y extraño país.

Dejemos de lado las preocupaciones por el destino de nuestras cuantiosas inversiones y por el futuro de nuestras cercanas jubilaciones, y pongamos atención a este difícil compromiso, que un victoria nos pondría a tiro de piedra de los Pitufos Verdes de la lejana Junín.

Chasquis y mensajeros alados me han acercado en la semana la buena nueva de que ya podemos contar en el bajo fondo con la presencia vital del salteño Arancibia y que el grandote Matos, también está en condiciones de ser de la partida.

En cambio, el gilipollas del portero Gómez se lesionó una pierna por andar pateando caños por Villa Crespo.

Lo cierto es que esta huevada le solucionó al Morocho del Abasto el galimatías de quién debía ocupar la titularidad del arco bohemio, ante el cumplimiento de la pena impuesta al avión Ramírez.

Con todos estos ingredientes, los once ágiles que saltaron al José Pasquale a defender la gloriosa divisa azul y amarilla fueron: Ramírez. La línea de tres defensores la compusieron: Cherro, el esperado Arancibia y Jesús Nievas. El esquema tradicional de volantes con el Torito Guzmán, Natalichio, el romántico Romeo y Dow Jones. Doble enganche o algo parecido con Cisterna y Ferreiro (jugó casi de wing izquierdo) Y para que se arregle como pueda, el virrey Bianchi peleándose con todos los defensores de Defensores.

Y el partido salió lindo, movido y divertido.

Porque ambas escuadras combatientes eligieron la región central como zona de tránsito y creación y no como escenario de las enredadas luchas greco romanas o de los torpes duelos de catch que suelen imperar en esta desolada categoría del balompié nacional.

Además, los de carmín y azabache, tienen en Rocchi a un jugador que está entre los mejores de la categoría, que quita, juega y hace jugar.

Los de la ribera norte del Maldonado, se mostraron indecisos en defensa ya que a Arancibia le costó entrar en ritmo tras sus breves vacaciones y Cherro sigue errático, aunque terminaría afirmándose y haciendo un buen segundo tiempo.

Pero lo que ni el salteño ni el pariente lejano del goleador xeneize resolvían, lo solucionaba Jesús con un trabajo rudo, esforzado y casi sin fisuras. 

En los medios andaba muy bien Natalichio en el quite y Cisterna como manija, clarificando y buscándolo a Lucas bien recostado por la banda siniestra y a un Bianchi combatiendo valientemente en todo el frente de ataque.

En la noble igualdad de las acciones, Atlanta fue un poco más en el primer y de los dos guardapalos el veterano Sanzotti fue el único que probó las asperezas del suelo terrenal.

Fue en un mano a mano, con Lucas cuando el ex Argentinos desbarató un buen ataque de los atlantes arrojándose prestamente sobre su lateral izquierdo.

En un desborde por el sector opuesto, Bianchi tras linda jugada, lo vio entrar a Dow Jones, pero el player bohemio quiso definir a lo Crespo y la esquiva redonda, siguió de largo indiferente, evitando el tacazo lujoso del apuesto jugador.

Los dragoneantes merodeaban y amenazaban, pero rara vez incursionaban en las propiedades de Ramírez que tuvo una primera etapa apacible, salvo un blooper inicial junto a Arancibia, que casi termina yendo a buscarla adentro tras una serie de disparatados rebotes y un balón cruzado que el 7 de ellos no alcanzó a conectar.

En el segundo tiempo, tras una quincena de minutos con merecimientos compartidos, Atlanta comienza a jugar uno da los mejores lapsos en la presente temporada.

Busca más por el lado del Torito Guzmán, que exhibe cuotas de si frágil talento y Jones se infiltra en el circuito propuesto por Cisterna, Lucas y el Virrey.

Los belgraneros respondía cada tanto, pero sus tibios embates eran bien controlados por los backs bohemieros y por el sacrificio anónimo y siemre eficiente de Romeo.

El Morocho del Abasto hace ingresar a Matos por el Torito, buscando más peso específico en tres cuartos.

El Gato Daniele responde poniendo en la cancha, a pedido del público, a Kato, y el hijo del Imperio del Sol Naciente, que debía estar haciendo judo o ikebana en lugar de jugar al fútbol, con su movilidad estorba bastante a la defensoría visitante, pero nunca logra elevar sus buenas intenciones a la categoría de peligro inminente.

Siguió siendo El Bohemio un poco mejor, pero tampoco metiendo un miedo pánico entre los  simpatizantes del barrio del creador de la enseña patria.

No faltaba mucho cuando Lucas deja la cancha herido en una de sus piernas para el debut de Pinocho Marecos. Tras cartón, después de un lateral que los de Defensores hicieron rápido y los atlantes se durmieron, un centro desde la derecha encontró a Capriani en el área chica de Ramírez penetrando con la soledad de los dictadores y con toque sutil parece liquidar el entuerto.

Parece, porque los villacrespense no se resignaron, sino que fueron decididamente a por la venganza.

Agüero va a todo o nada y forma un temible tridente ofensivo con la entrada del Tanque González, por el inexpresivo Jones.

Moría el partido, la tarde y las ilusiones atlanteras, cuando una buena combinación entre el debutante Marecos y el Tanque deja a Cisterna en la soledad de los tiranos, y el volante concreta un golazo poniendo con clase la pelota en el rincón donde las arañas enhebran sus delicados hilos.   

Empate que, por como se dieron las cosas termina siendo valioso y reconfortante, aunque  el merecedor de la gloria que otorga la victoria fue, sin lugar a dudas, el equipo de nuestros amores.

Y también fue alentador porque se jugó bien y nos permite encarar con optimismo los riesgosos combates que se avecinan.

¡A descansar pues, mi fiel escudero que una fatigosa agenda nos aguarda!

 

COMENTARIO REAL (acerca de Flandria 0 vs Atlanta 2, disputado el 18/10/08)

COMENTARIO REAL  (acerca de  Flandria 0 vs Atlanta 2, disputado el 18/10/08)

EN JAÚREGUI, ESTAMOS MÁS CERCA DE JUNÍN

 

Por El Marqués Milton Saráchaga de la Vega

 

País de fuertes contrastes el que se encuentra allende las riberas del Río Luján, mi fiel escudero.

Recuerdo en la temporada pasada haberme mojado hasta el tuétano y pasar más frío del que pasé junto a Napoleón en la campaña a las Rusias. Y en la tarde de este sábado me calciné como cuando Lawrence de Arabia me pidió que lo acompañara a aniquilar bereberes en el Sahara.

Encima del fulgurante sol que nos encandilaba, los equipos salieron a la cancha uniformados con idénticos colores, los “Canarios” de negro y amarillo y los atlantes de amarillo y ese azul casi negro que han adoptado en esta última etapa como tonalidad distintiva. Parecía que asistíamos a un enfrentamiento entre Olimpo de Bahía Blanca y Peñarol de Montevideo.

Así que en este primer tiempo nunca pude averiguar si las escuadras combatientes avanzaban en el terreno por exactas combinaciones o por erróneas devoluciones.

Los de la Ciudad Autónoma llegaron a estas tierras bastante diezmados por tempranas heridas, algunas sorpresivas y también con alguna suspensión.

Como en la reserva es poco y nada lo que le sobra, habría que esperar lo que alumbraba el ingenio del Morocho del Abasto para la emergencia y de que forma estructuraba a sus escasos soldados para la contienda.

Finalmente y bajo el abrasador sol del far west, los once del glorioso Atlanta fueron: Gómez en la valla, tres defensores como siempre con Cherro a la diestra del celinero Celín y Jesús a la izquierda. Sobre la derecha de los volantes el torito Guzmán, como centrojases Romeo y el rubio Natalicchio y a babor Cisterna. Jonés y Ferreiro un poco más adelante y en la vanguardia marcadora, el Virrey Bianchi.

No demos vueltas y afirmemos sin rebuscamientos góticos ni barrocos: el equipo de Flandria de ayer es el peor que ha enfrentado Atlanta en sus 104 años de vida y su 2900 partidos en el profesionalismo.

Solo un milagro de la cercana Virgen de Luján impedirá que los flamencos el año que viene no militen en la cuarta categoría de este vapuleado fútbol nacional.

Porque esos muchachos bien harían en dedicarse  a manejar el telar en la vieja Textil Flandria  o tocar algún instrumento en la Regina Novarum en lugar de probar suerte en este difícil arte del balompié.

Sin embargo los muchachos son tozudos e insisten en su porfía y convengamos que mal no le fue en los diez minutos inaugurales del partido de marras.

En ese período supieron dominar las acciones y arrimarse al reducto visitante, sobre todo por el sector de Cherro que desde hace tres partido anda bastante flojito, como un flan Ravanna.

Dominio tibio es cierto y que no le costó mucho a las tropas porteñas empardar. Bastaron una cuota de la regularidad de Romeo, el despliegue de Natalichio, el siempre acotado trabajo de Cisterna y talento endeble del Torito Guzmán que apenas lo tocan vuela como la Fábrica Militar de Río III. A esto debemos añadirle  la valiente y tenaz lucha solitaria del Virrey Bianchi por todo el frente de ataque.

Precisamente una vistosa jugada del Torito dejó solo a Bianchi en el centro del área, y con todo el tiempo del mundo metió una media vuelta que dejó haciendo la estatua al recordado Patoruzú Fernández.

Tras este golazo el canario quedó herido de muerte y eran pocos los que apostaban a su resurrección.

De ahí en más Atlanta se dedicó a regular el match y sin sobrarle nada, empezó a tener la pelota y dejar que los jaureguiceños se debatieran en su tremenda ineficacia, falta de ideas en la cabeza y de sensibilidad en las extremidades inferiores.

Un furibundo disparo de Lucas estremeció la juntura del poste y el travesaño aurinegro y privó a los bohemios de gozar de una tranquilidad de la que pocas veces conoce a lo largo de su dilatada historia.

Para los segundos 45 minutos los comandados desde la banca por Santorelli no dieron a luz a nada nuevo, más que un indispensable cambio de indumentaria. Ahora sí ellos con el color del trigo y el bohemio con el de los toldos de la avenida del Buen Orden.

Estaba claro que el negocio era regalarle el útil de cuero a los locales dado que es más fácil que yerren a que acierten, y aprovechar los cósmicos vacíos que dejan en su defensa y volantería.

Con terruño para aprovechar creció algo la figura de Ferreiro y la de Jones. El Virrey, como un Llanero Solitario sin Toro jugaba su mejor partido para los del barrio que homenajea al Intendente Crespo y se convirtió en la figura estelar del partido.

Pudo haber aumentado Jones desde más allá de los quince metros, pero la querendona besó el palo izquierdo de Fernández y poco después, tras un rebote en el guardapalos canario, Lucas con la precisión de un astronauta clausuró el marcador.

Lo que siguió fue pura desesperación de flamencos y tranquilidad y oficio por parte de los atlantes.

Hasta parecía que se podía hacer un gol más, lo que, bajo la conducción del Morocho del Abasto, constituiría un acontecimiento histórico de la magnitud de la caída del Muro de Berlín.

Pero el entrenador prefirió su habitual conservadurismo e hizo ingresar a Kondriatuk para establecer la consabida línea de cuatro en el bajo fondo y aguardar con la paciencia de un profeta el inexorable paso del tiempo.

Entraron para demorar el caramelo Santos  por Nata y el tanque González por el Virrey.

Entre masivas amenazas e insultos que llovía desde el sector  la 14 (así se llama la torcida canaria) para los suyos y la satisfacción por el deber cumplido de los soldados atlantes se llegó al final.

Tres puntos que nos acercan a los Pitufos verdes y no mantienen en zona expectante en un campeonato donde lo único que se destaca es su inmensa mediocridad

COMENTARIO REAL (acerca de Atlanta 0 vs Temperley 1, disputado el 10/10/08)

Por El Marqués Milton Saráchaga de la Vega

CAMA DURAS, BATALLAS BLANDAS

 

                                     Soy de Salta y hago falta” Baguala popular

 

 

Perdido como turco en la neblina, desorientado como rengo en tiroteo y  como petizo en desfile, así estuvo, mi fiel escudero el equipo de los atlantes este viernes por la noche.

Y, tengo para mi que podría haber llegado el verano y hubiésemos sido testigo de la caída de las hojas durante el otoño y sufrir la llegada de los fríos del invierno y Atlanta todavía estaría tratando de hacerle un gol a la mediocre defensa temperleyana.

Porque, seamos honestos, si te gana un equipo que cuenta entre sus titulares a Jesús Díaz (con todo respeto) es que estamos en una fuente adobados con chimichurri y las papitas cortadas, listos para meternos en el horno.

Pero lo más preocupante del traspié nocturno no son los tres puntos perdidos, sino los negros nubarrones que se divisan en el horizonte y acrecientan en nosotros la natural incertidumbre que todo mortal tiene por el futuro.

El actual plantel del club de nuestros desvelos tiene poco nombres que pueden sobresalir de la tremenda medianía  que predomina en el nivel del resto. Y cuando estos fallan, o están ausentes el equipo se debate en una desesperante impotencia que no parece poder solucionarse ni devorando una tortilla de Viagra.

El salteño Arancibia llegó a Humboldt 350, silbando bajito y sin hacer sombra en el piso, pero con el desandar del campeonato se fue haciendo indispensable como último hombre y eje de la zaga bohemia. Su ausencia en este combate fue determinante.

El Mágico es un jugador talentoso, pero efímero como la vida de una colorida mariposa. Lucas ofrece en cada partido su corazón y con la lanza  en ristre quiere llevarse el mundo por delante, pero termina tropezando una y otra vez con la misma piedra.

Matos tiene buen lomo, lo sabe utilizar y es un referente para todas las pelotas que vienen de lejos. Pero tiene menos cintura que un pato y tarda en darse vuelta lo que el 60 en hacer su recorrido de Tigre a Constitución.

Romeo es un jugador interesante, un soldado obediente y un relojito en las regiones centrales, pero sin carisma para desequilibrar una contienda.

El resto amigo míos, es de regular para abajo y con eso hay que remar contra el tsunami de aquí al fin del torneo.

Este viernes, los players habían dormido adecuadamente en los mullidos colchones y las blandas almohadas del predio recomendado por el Morocho del Abasto, pero los beneficios del tal relax no se notaron allí donde se ven los pingos.

El alineador de los de Villa Crespo armó el team de la siguiente manera: Debutó Gómez como cancerbero. El mal arquero Cherro, el celinero Celín y Jesús Nievas fueron los tres del fondo. El mediocampo con Lucas, el rubio Natalichio, el romántico Romeo y Cisterna. De enganchador el Mágico y como ofensores el grandote Matos y el Virrey Bianchi.

Parecía que Atlanta se comía crudo a los gasoleros dado que el Mágico hacía efectivo alguno de sus firuletes, Natalichio ganaba en el sector derecho y Cisterna jugaba como para ingresar en la galería de lo grandes ídolos bohemios junto a Artime, Voglino y el Pepe.

Y hubo un par para convertir en sendos tiros libres uno de Gonález que hizo volar cual golondrina migrante al golero celestón y otro de Lucas que pasó cerca.

Pero todo se fue diluyendo, como las rupias de los ahorristas en Islandia y de a poco los sureros (que digámoslo sin eufemismos: son una banda descontrolada) empezaron a rondar el reducto del estrenado Gómez

La zaga auriazul flaqueaba ya que el celinero Celín le faltan muchas horas de vuelo para capitanear la defensoría, y Cherro ha bajado su rendimiento y Nievas (lo mejor ahí atrás) perdía y ganaba alternativamente con sus marcados. 

Sería las nueve de la noche cuando un centro cruzado fue conectado por dos jugadores visitantes y López la mandó a guardar. Los defensores bohemios pueden dar fe de que esto es verdad,  porque fueron testigos privilegiados de lo que estoy relatando.

Como dice un conocido axioma del fútbol, dos cabezazos en el área es gol. En el área de Atlanta, claro.

 1 a 0 abajo y es más fácil que Cháves gane el Premio Nobel de la Paz a que Atlanta te dé vuelta un resultado.

El Morocho saca a un desaparecido Mágico y a Bianchi y hace ingresar a Billoti y Jones para el segundo tiempo.

Lo que siguió fue una monótona sinfonía de Atlanta intentando infructuosamente perforar la muralla celeste, con previsibles jugadas por el medio y centros mal tirados por los costados. Ni un mano a mano ni una jugada de riesgo.

Y así podríamos haber seguido, por los siglos de los siglos amén, sin lograr torcer los férreos dictados del destino.

Digamos para concluir que Alderete entró por Matos para hacer más chirle el ataque, que Falczuk se fue expulsado después de pegar más que un uruguayo y que Gutiérrez ignoró una mano clara dentro del área a favor de los locales.

Un final triste y que nos llena de dudas, pero hay algo que no tiene lugar a dudas:

¡FELIZ ANIVERSARIO QUERIDO ATLANTA, QUE SIEMPRE MI APLAUSO TE HABRÁ DE ALENTAR!

COMENTARIO REAL (acerca de Social Español 1 vs Atlanta 1, disputado el 04/10/08)

COMENTARIO REAL  (acerca de  Social Español 1 vs Atlanta 1, disputado el 04/10/08)

HACIENDO LA PLANCHA

 

Por el Marqués Milton Sarachaga de la Vega

 

No reina en los tiempos que corren, mi fiel escudero,  el saludable hábito de ser agradecido. Por el contrario, como muchas veces dice el pensador azteca, El Chapulín Colorado, los ingratos suelen aprovecharse de nuestra nobleza y muerden la misma mano que le da de comer.

No tienes más que observar lo acontecido en los bajíos de Don Juan Diego Flores este sábado para comprobar la inexorable veracidad de tal axioma: A los hijos de la Madre Patria le perdonamos la vida durante todo el segundo tiempo y los malpagados nos terminan empatando en el postrer minuto de juego, privándonos de dos puntos vitales en la lucha por el lauro máximo y amargándonos, sin miramientos, el fin de semana.

El Morocho del Abasto decidió  que el Mágico González continuara con su convalecencia por el dolor en su tetilla sentado en el banco de los suplentes junto al imberbe Alderete que seguramente no lo dejó del todo conforme en el partido contra Morón.

Eso más la ausencia de Eloy, herido arteramente en dicho encuentro, hizo que la escuadra fundada el 12 de octubre de 1904 saliera a enfrentar a los nacidos el 12 de octubre de 1956 con la siguiente lista de combatientes:

Horacio Ramírez de arquero.  La línea final de tres integrantes tal el gusto del entrenador estuvo compuesta por Cherro, el petizo Arancibia y Jesús Nievas. De carrilero derecho lo improvisó a De Felippi; los dos centro jases fueron Natalichio y el romántico Romeo y Cisterna para subir y bajar por la izquierda.  Como enganche Lucas y arriba el goleador Matos y el Virrey Bianchi.

Los celtíberos se aprestaron para la contingencia con algunos nombres de fama como el ex Ferro, Víctor Molina, el volante Esquivel y el pichichi Gareca. Su banco de relevos parecía una mesa de los  36 Billares con los veteranos  Madrid, Calabria y el conocido Abel Soriano.

Las escaramuzas inaugurales favorecieron levemente a los locales que rondaron los arrabales del arco bohemiense, e incluso un tirito llovido de Esquivel tomó contacto con la parte oscura del madero horizontal.

De a poco los atlantes fueron empardando el juego sostenidos desde atrás por la seguridad de su guardapalos, la solvencia de Aranciabia y  la efectividad de Jesús. Y en el medio cumplía con acierto su labor el rubio Natalichio junto al trabajo anónimo, eficiente y solidario del romántico Romeo y la voluntad inclaudicable de Lucas. Con mucho tino se movía el Virrey, en tanto su camarada Matos intentaba hacer valer su voluminoso y sólido cuerpo humano.

Los puntos más flojos de los de azul oscuro y amarillo estaban por la región custodiada por ese pésimo arquero que demostró ser Cherro, que como lateral, en esta oportunidad erró más de lo que acertó.

Cisterna, a su vez, no termina de redondear una actuación consagratoria, y su capacidad para hacerse del balón no es proporcional a su certeza a la hora de darle destino final al mismo. Y  De Felippi decididamente no jugó bien.

Habríamos apenas sobrepasado el primer cuarto de hora, cuando Matos entró al área menor de los hispánicos, que con mucha educación y respeto permitieron que el goleador definiera cómodamente al descolocado  Coloca con toque sutil.     

Con la ventaja de su lado, Atlanta comenzó a justificar la virtual victoria con un mejor despliegue de sus soldados y una mejor comunión de ideas y acciones.

Y cuando todo parecía encaminado hacia la dulce zafra de tres puntitos más, el destino traicionero jugó su carta macabra hiriendo en la pierna, al valor más importante del Bohemio en la presente temporada: el petizo Arancibia.

El Morocho del Abasto mueve sus piezas y el Torito Guzmán fue sobre el sector derecho y el vacilante De Felippi pasa de zaguero diestro, en tanto que el mal arquero Cherro ocupó la plaza vacante.

Lo que siguieron fueron momentos de desconcierto donde De Felippi no la agarraba ni con las manos de Filippi. Es más, sobre el final, compendió en una sola jugada  todos los errores del mundo y solo la torpeza de los atacantes galaicos impidió llegar al descanso con el marcador igualado. 

Para el segundo tiempo los del “Depor” salieron a vender cara su derrota y de paso amortiguar las puteadas que llovían torrencialmente del lado de sus seguidores.

Atlanta le cedió la iniciativa, y se agazapó para liquidarlo de contra. Y no parecía una idea descabellada ya que la defensa roja hace agua por todos lados, como la economía de los EEUU.

Lucas se hizo dueño del balón mientras Guzmán la perdía casi siempre al final, por el otro costado. Se afirmó Cisterna y mejoró De Felippi y Natalichio se erigió como factor desequilibrante en el medio juego.

Si usted va a la cancha sin reloj y quiere saber cuando estamos en los quince minutos del segundo tiempo, es fácil: Cuando entra Kondriatuk. Esta vez por el Virrey Bianchi.

Se armaron entonces dos líneas de cuatro y Atlanta se dedicó a esperar que el partido agote sus minutos reglamentarios haciendo la plancha y, mientras,  a perderse una ponchada de goles.

No todos, ya que el mal arquero Cherro hizo uno estupendo que el Chacho Echenique, (Aquel juez de una estafa aún impune en Morón) anuló a instancias del linesman y que ha sumado una duda más, a mi espíritu cargado de incertidumbres.

Todo estaba cocinado, la mesa puesta y la servilleta colgada en nuestro cuello, cuando faltaba menos que nada y entre Cisterna y De Felippi pierden la pelota en el medio y la salida rápida de los Gallegos deja solo a Gareca. Ramírez no tiene muchas opciones y lo frena con una plancha a lo Griffo.

Cartón carmín para el avión (De muy buen  partido) por último recurso,  Cherro bajo los tres palos y tiro letal en la media luna.

Gareca saca un cañonazo, Cherro lo ataja a Natalichio, Natalichio lo rechaza a Cherro y andá que te cure lola. Uno a uno y a rogar que Flandria le gane a Sarmiento

 Y así nos fuimos del coqueto estadio españolista, más caliente que plancha en el fuego.

Ahora a esperar a Temperley para festejar nuestro cumpleaños  y cobrarnos una deuda pendiente con uno de sus delanteros, al que le tengo unas ganas bárbaras,

COMENTARIO REAL (acerca de Atlanta 2 vs Dep. Morón 1, disputado el 28/09/08)

COMENTARIO REAL  (acerca de  Atlanta 2 vs Dep. Morón 1, disputado el 28/09/08)

POBRE GALLO BATARAZ

 

Por el Marqués Milton Saráchaga de la Vega

 

 

“Y la historia se repite otra vez, los volvemos a c…” y, mi fiel escudero, a este conocido estribillo  sigue un verbo que en estas latitudes adquiere un significado que no me animo a repetir ante la posibilidad de que estas prudentes líneas puedan ser leídas por doncellas y por infantes.

Pero esta es la cruel realidad para los moronistas, el peso de la historia les cayó nuevamente sobre la cabeza, cuando todo indicaba que arrebataban del Ciudad de Vicente López el puntito que vinieron a buscar.

Y nuestra paternidad reafirmada una vez más, sin tener que recurrir al engorroso trámite del análisis de ADN.

Y esta vez por goleada, porque con Agüero hacer más de un gol es una proeza.

No bien nos apoltronamos en nuestras butacas, bajo una tenue garúa que se fue disipando, aunque no lo suficiente como para que el astro rey nos enviara sus flechas doradas, una inesperada novedad nos paralizó el corazón y anudó nuestras gargantas: el mágico González no estaría al mando de huéstes bohemieras.

Efectivamente, mientras sus compañeros preparaban músculos y tendones para la batalla que se avecinaba, el volante creativo se desparramaba sobre una platea cercana a nuestra ubicación.

Imprevistamente estábamos ante la resolución del interrogante que nos atormentaba: ¿Existe un  Atlanta en la versión del Morocho del Abasto, sin el Mágico?

La respuesta comenzaría de develarse en instantes, aunque la inquietud fue en aumento cuando nos enteramos que su reemplazante no sería un avezado capitán de tormentas, sino un imberbe e inexperto grumete salido de la escuálida cantera de Villa Celina bautizado con el nombre de Gabriel Alderete.

La alineación elegida por Agüero para el combate con los candidatos occidentales marcaba la reaparición de Jesús Nievas en la siniestra de la zaga, una formación de volantes con Romeo en el centro auxiliado por Natalicchio y Cisterna. Lucas que se desprendía para darle una mano al debutante Alderete y arriba Colombano como wing derecho y Matos como referencia en la zona de definición.

Y hay que reconocer que los del Gallo tienen un buen equipo y en los primeros minutos, Ramírez veía como la pelota le cruzaba el área como en un pin ball, sin que los temibles delanteros visitantes lograran poner la puntita del pie.

Atlanta, por su parte, mostraba a un Ferreiro empeñado en convertirse en la manija del team, ante la timidez del pibe Alderete que le costaba darse cuenta de la responsabilidad que  cargaba sobre sus espaldas.

Era temprano para hablar de merecimientos, cuando precisamente Alderete zafó de una toma de yudo de su marcador y habilitó a un Natalicchio que ingresó al reducto moronista con el ímpetu de un titán y  definió al rincón de un Griffo que estaba abierto.

Las acciones se hicieron movidas y parejas, pero llegando a la media hora todo cambió.

Nuevamente lo tuvo al celinero Alderete como protagonista, cuando recibió el balón solo en la puerta del área, pero se apoderó de él el pánico escénico y se desprendió apresuradamente del balón entregándosela a un Eloy claramente en orsay.

Allí terminaba la cosa, pero el gilipollas del golero gallista hizo la gran Sessa y lo operó innecesariamente de los meniscos al delantero bohemio, mediante un planchazo criminal.

Conclusión: Colombano al hospital, Griffo a las duchas, Bianchi a la cancha y Morón con un hombre menos.

De ahí en más Atlanta intentó  manejar el partido y el novel valor pudo mostrar algunas cosas interesantes como una dosis de atrevimientos, otra de habilidad y otra de claridad, aunque adolece de la endeblez física propia de todo jugador de las inferiores atlantes.

El segundo de los tiempos continuaba con es tónica, pero ya lo dice el refrán que la confianza mata al hombre.

Los rojo y blanco, que poca fue la audacia y decisión que mostraron, aprovecharon un error del mejor jugador de Atlanta en el presente torneo, el salteño Arancibia, que perdió el útil en un rincón del área y Vacaría facturó de cabeza, tras centro de Casado.

Morón hizo entonces un culto del conformismo y se refugió delante de su arco, obsequiándole a sus anfitriones todo el terreno del juego.

Atlanta merodeó las murallas  enemigas con el toqueteo de Cisterna, del Caramelo Santos (entró en lugar de Alderete), los embates a veces alocados de Lucas y la voluntariosa movilidad del ex vélez Bianchi. Matos solo aportaba su fortaleza en el juego aéreo.

Parecía un partido de handball, donde los artilleros bohemios no lograban horadar la empalizada levantada por los jugadores adversarios.

Pudo hacerlo cuando Lucas Ferreiro sirvió magistralmente al grandote Matos, cuyo gol fue injustamente anulado por el paparulo de Barraza por inexistente posición de adelanto.

Se marchaba nomás a un triste empate, cuando a poco del final Natalicchio lo vio al Bianchi en un costado del área y el Virrey Santiago, de Liniers hizo pasar de largo a un defensa del Gallo y con un zurdazo sublime puso justicia al marcador.

Triunfo valiosísimo ante un rival que seguramente va a estar en la conversación hasta el final.

¡Así es la vida, mi fiel escudero! El destino muchas veces nos marca en forma indeleble y no hay forma de torcer ese designio.

Ved el caso del Deportivo Morón, que por más vueltas que les des, NACIERON HIJOS NUESTROS, Y, HIJOS NUESTROS MORIRÁN!

COMENTARIO REAL (acerca de Dep. Armenio 0 vs Atlanta 1, disputado el 20/09/08)

NI NABALNDIÁN, NI GOSTANIÁN: ¡SEBASTIÁN!

 

 

Por el Marqués Milton Sarachaga de la Vega

 

 Mientras los argentinos vacunaban a los rusos en tenis, con el armenio Nalbandian. Los rusos vacunaban a los armenios en fútbol con gol de Sebastián.

Así es, mi fiel escudero, ya que el gol de Matos determinó una victoria para los llegados desde la Atenas del Plata que poco y nada merecían y por el que poco mérito habían acumulado.

Pues ya lo dice el refrán que el balompié siempre da una oportunidad a la revancha, y si Atlanta el lunes perdió sin merecerlo, este sábado en la planicie de Maschwitz un empate hubiese sido lo más justo, y hasta un triunfo de los alicaídos tricolores no hubiese desentonado con lo expuesto sobre la despareja gramilla del República de Armenia.

Pasemos, sin mayores tardanzas, a la crónica solicitada:

Galopamos presurosos por la estepa bonaerense con rumbo al laberinto fluvial del delta, desafiando un frasquete que mamma mía, en vísperas de una primavera que terminó faltando a la cita.

Adentro del estadio,  había menos gente que un acto de Macri y cuatro impúdicas ninfas danzaban torpemente, apenas cubiertas con taparrabos y corpiños concordantes con los colores de la escudería local y sin conseguir calentar el ambiente.

El Morocho del Abasto saca a relucir al campo de batalla casi la misma formación derrotada ante Comunicaciones hace pocos días atrás.

El rubio Natalicchio en lugar del castigado Jones como única variante obligada.

Refresquemos la memoria entonces de algún que otro lector desprevenido: Ramírez entre los palos. El bajo fondo con el sobrino nieto de Cherro, el petizo Arancibia y Kondriatuk que continúa a la espera de que Jesús se reponga de sus calenturas. Orbitando el punto central el romántico Romeo y el ya mentado Natalicchio. Haciendo huella por la derecha Eloy y por el andarivel opuesto Cisterna. De gestor el Mágico, un pasito más adelante Lucas y el matador Matos metiendo escalofrío entre los zagueros nordestinos.

Como una película tantas veces vista como La Fiesta Inolvidable, empezó mejor Atlanta en los minutos iniciales hasta que los adversarios ubican al Mágico y le meten tanta presión que el volante bohemio termina, o enredado en su egoísmo, o perdiendo precisión en sus pases, por lo general muy frontales.

Allí se empareja la lid y el partido se dirime entonces en la poblada región del mediocampo, y en esa falta de espacio aflora con el esplendor de un clavel reventón, toda la torpeza y medianía que impera en esta paupérrima tercera categoría del fútbol criollo.

Con la mano en el corazón, como Cristina cantando el himno, reconozcamos que la solidez defensiva villacrespense impide que la pelota ingrese con frecuencia en el reducto defendido por el avión Ramírez.

En el epicentro de la misma, es la figura de un Arancibia la que  va creciendo (menos en altura) fecha a fecha y amenaza a convertirse en un valor de exportación  dentro de la no muy rica nómina atlante. Firme, sobrio, ubicuo y con destellos de calidad es el pilar donde se asienta la regularidad de Cherro y la rudeza y rusticidad del interino Kondriatuk.

En el primer segmento y en dentro del litigio generado en el mediocampo, Atlanta llegó más, sin jugar mejor.

Un lindo firulete de González que besó el tronco horizontal del arco de Luca. Un frentazo de Cherro al abdomen del guardapalos y unos cuantos shots de lejos del Mágico y de Lucas que algunos fueron al Paraná Miní, otros al Paraná Guazú y los restantes al Paraná de la Palmas.

Los de Noray solo contabilizaron un tirito del Cisterna pelado (el peludo es nuestro) que vivoreó antes de llegar a las manos de Ramírez, mientras nuestros esfínteres se fruncían en las duras butacas de la platea de los del Asia Menor.

El segundo tiempo pareció de un partido diferente.

Enseguida se lo comieron los locales cuando Coria, solito y solo, remató estrellando el esférico en el segundo palo de un derrotado Ramírez.

Respondieron los bohemios y un centro de Lucas es milimétricamente bajado por el Matador para que el golero armenio se luciera impidiendo el seguro gol de Miguel González.

Poco después, Arancibia dejó picar una pelota a lo Heinze y el centrofoward Víctor Gómez le pegó con el metatarso y la colgó en la copa de uno de los frondosos árboles que completan el  bucólico paisaje maschewitano.

El entrenador de los porteños mueve el expediente y hace entrar al ignoto Defilipi por el poco mágico González. Le otorga, de esta manera,  la responsabilidad de enganche a Ferreiro y lo sube a Colombano de wing derecho.

El partido se encaminaba a otro detestable 0 a 0 cuando sobre los 28’,  Ferreiro le tira el balón a cuatro defensores de Armenio que  estaban muy entretenidos jugando al truco o la escoba del 15 o vaya uno a saber a que y estos lo ignoran dejándolo pasar. Sebastián Matos, muy atento,  no despreció el obsequio y se la puso en la esquina lejana del desesperado Luca.

De ahí más Atlanta trabajó sobre la impotencia de los rivales y pudo aumentar dos veces cuando el Matador se demoró en habilitar al ingresado Billoti primero y a Lucas después.

También pudo sellarse el score, cuando el flojo Stoklas se hizo el dolobu, ante la atenta mirada de Notay Nakis en la platea y no cobró una clara mano penal a favor de los porteños.

Un craso error de Ramíres le dio un toque de suspenso al final del match al regalar insólitamente un córner, que subsanó conteniendo el débil cabezazo del ofensor enemigo.

Final y primera victoria en calidad de huéspedes paea seguir prendidos arriba.

Hasta aquí la crónica que he redactado con esmero. Hazme un favor, so tonto, y haz click allí donde dice “enviar”, que no quiero trastornos como la semana parada.

Y ahora me voy a preparar, porque el martes me viene a visitar un hijo pródigo y como anda medio agrandado lo espero en Vicente López para bajarle el copete.