Blogia
la bitácora del marqués

COMENTARIO REAL (acerca de Dep. Armenio 0 vs Atlanta 1, disputado el 20/09/08)

NI NABALNDIÁN, NI GOSTANIÁN: ¡SEBASTIÁN!

 

 

Por el Marqués Milton Sarachaga de la Vega

 

 Mientras los argentinos vacunaban a los rusos en tenis, con el armenio Nalbandian. Los rusos vacunaban a los armenios en fútbol con gol de Sebastián.

Así es, mi fiel escudero, ya que el gol de Matos determinó una victoria para los llegados desde la Atenas del Plata que poco y nada merecían y por el que poco mérito habían acumulado.

Pues ya lo dice el refrán que el balompié siempre da una oportunidad a la revancha, y si Atlanta el lunes perdió sin merecerlo, este sábado en la planicie de Maschwitz un empate hubiese sido lo más justo, y hasta un triunfo de los alicaídos tricolores no hubiese desentonado con lo expuesto sobre la despareja gramilla del República de Armenia.

Pasemos, sin mayores tardanzas, a la crónica solicitada:

Galopamos presurosos por la estepa bonaerense con rumbo al laberinto fluvial del delta, desafiando un frasquete que mamma mía, en vísperas de una primavera que terminó faltando a la cita.

Adentro del estadio,  había menos gente que un acto de Macri y cuatro impúdicas ninfas danzaban torpemente, apenas cubiertas con taparrabos y corpiños concordantes con los colores de la escudería local y sin conseguir calentar el ambiente.

El Morocho del Abasto saca a relucir al campo de batalla casi la misma formación derrotada ante Comunicaciones hace pocos días atrás.

El rubio Natalicchio en lugar del castigado Jones como única variante obligada.

Refresquemos la memoria entonces de algún que otro lector desprevenido: Ramírez entre los palos. El bajo fondo con el sobrino nieto de Cherro, el petizo Arancibia y Kondriatuk que continúa a la espera de que Jesús se reponga de sus calenturas. Orbitando el punto central el romántico Romeo y el ya mentado Natalicchio. Haciendo huella por la derecha Eloy y por el andarivel opuesto Cisterna. De gestor el Mágico, un pasito más adelante Lucas y el matador Matos metiendo escalofrío entre los zagueros nordestinos.

Como una película tantas veces vista como La Fiesta Inolvidable, empezó mejor Atlanta en los minutos iniciales hasta que los adversarios ubican al Mágico y le meten tanta presión que el volante bohemio termina, o enredado en su egoísmo, o perdiendo precisión en sus pases, por lo general muy frontales.

Allí se empareja la lid y el partido se dirime entonces en la poblada región del mediocampo, y en esa falta de espacio aflora con el esplendor de un clavel reventón, toda la torpeza y medianía que impera en esta paupérrima tercera categoría del fútbol criollo.

Con la mano en el corazón, como Cristina cantando el himno, reconozcamos que la solidez defensiva villacrespense impide que la pelota ingrese con frecuencia en el reducto defendido por el avión Ramírez.

En el epicentro de la misma, es la figura de un Arancibia la que  va creciendo (menos en altura) fecha a fecha y amenaza a convertirse en un valor de exportación  dentro de la no muy rica nómina atlante. Firme, sobrio, ubicuo y con destellos de calidad es el pilar donde se asienta la regularidad de Cherro y la rudeza y rusticidad del interino Kondriatuk.

En el primer segmento y en dentro del litigio generado en el mediocampo, Atlanta llegó más, sin jugar mejor.

Un lindo firulete de González que besó el tronco horizontal del arco de Luca. Un frentazo de Cherro al abdomen del guardapalos y unos cuantos shots de lejos del Mágico y de Lucas que algunos fueron al Paraná Miní, otros al Paraná Guazú y los restantes al Paraná de la Palmas.

Los de Noray solo contabilizaron un tirito del Cisterna pelado (el peludo es nuestro) que vivoreó antes de llegar a las manos de Ramírez, mientras nuestros esfínteres se fruncían en las duras butacas de la platea de los del Asia Menor.

El segundo tiempo pareció de un partido diferente.

Enseguida se lo comieron los locales cuando Coria, solito y solo, remató estrellando el esférico en el segundo palo de un derrotado Ramírez.

Respondieron los bohemios y un centro de Lucas es milimétricamente bajado por el Matador para que el golero armenio se luciera impidiendo el seguro gol de Miguel González.

Poco después, Arancibia dejó picar una pelota a lo Heinze y el centrofoward Víctor Gómez le pegó con el metatarso y la colgó en la copa de uno de los frondosos árboles que completan el  bucólico paisaje maschewitano.

El entrenador de los porteños mueve el expediente y hace entrar al ignoto Defilipi por el poco mágico González. Le otorga, de esta manera,  la responsabilidad de enganche a Ferreiro y lo sube a Colombano de wing derecho.

El partido se encaminaba a otro detestable 0 a 0 cuando sobre los 28’,  Ferreiro le tira el balón a cuatro defensores de Armenio que  estaban muy entretenidos jugando al truco o la escoba del 15 o vaya uno a saber a que y estos lo ignoran dejándolo pasar. Sebastián Matos, muy atento,  no despreció el obsequio y se la puso en la esquina lejana del desesperado Luca.

De ahí más Atlanta trabajó sobre la impotencia de los rivales y pudo aumentar dos veces cuando el Matador se demoró en habilitar al ingresado Billoti primero y a Lucas después.

También pudo sellarse el score, cuando el flojo Stoklas se hizo el dolobu, ante la atenta mirada de Notay Nakis en la platea y no cobró una clara mano penal a favor de los porteños.

Un craso error de Ramíres le dio un toque de suspenso al final del match al regalar insólitamente un córner, que subsanó conteniendo el débil cabezazo del ofensor enemigo.

Final y primera victoria en calidad de huéspedes paea seguir prendidos arriba.

Hasta aquí la crónica que he redactado con esmero. Hazme un favor, so tonto, y haz click allí donde dice “enviar”, que no quiero trastornos como la semana parada.

Y ahora me voy a preparar, porque el martes me viene a visitar un hijo pródigo y como anda medio agrandado lo espero en Vicente López para bajarle el copete. 

0 comentarios