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la bitácora del marqués

COMENTARIO REAL (acerca de Atlanta 0 vs Deportivo Merlo0, disputado el 01/12/08)

COMENTARIO REAL  (acerca de  Atlanta 0 vs Deportivo Merlo0, disputado el 01/12/08)

!! SOCORRO !!

 

Por el Marqués Milton Saráchaga de la Vega

 

Tiempo inestable e impredecible el que domina estas extrañas regiones descubiertas por azar, por mi colega y amigo Don Juan de Solís.

Hace pocos días nos calcinábamos impiadosamente en esta populosa ciudad y en la tardecita de este lunes debimos apelar a nuestros raídos jubones para afrontar un frasquete inesperado y una llovizna tenaz y molesta cual mosca de velorio.

Así de sorprendentes e inesperadas son también, las andanzas del club de nuestros amores, bajo la tutelar dirección del Morocho del Abasto.

Un zigzag emocional constante, que nos lleva del entusiasmo adolescente, de la ilusión casi utópica, a severos desengaños y duras decepciones. Casi una cruel  parábola de la vida misma.

Curtido como estoy de tantos años (104 para ser exacto)  siguiendo a Atlanta por valles y montañas, atravesando los siglos cruzado por una pasión enfermiza, muchas veces he caído en la tentación de calificar una falsa actuación como la peor de todas y asignarle, en consecuencia, el mote de calamidad.

Seré, pues, más prudente en esta ocasión y diré con moderación y  serenidad que lo visto esta lunes en el estadio calamar fue sencillamente espantoso. Peor aún que una película de Subiela o un recital de la Mona Giménez.

Una obra maestra del terror, de esas que después asolaban con pesadillas mis lejanos y tiernos sueños infantiles.

Un verdadero mamarracho sin una sola jugada combinada y las aisladas situaciones de gol que podemos contabilizar -con muy buen voluntad de nuestra parte- fueron más producto de groserías defensivas que méritos de los atacantes.

Si bien los culpables de tal bodrio fueron los jugadores de ambos equipos, el peso mayor de la responsabilidad recae sobre nuestros representantes, ya que debían cosechar un triunfo, para finalizar esta primera rueda con alguna aspiración a un futuro más promisorio.

Pueden servir como generosos atenuantes del  débil desempeño por un lado el lamentable estado del terruño, tras el chubasco del sábado pasado, que hacía que la pelota pique como en un partido de rugby. Y por el otro, que la visita acumulo más gente de la línea del medio campo para atrás que la que circula por la estación de Merlo en las horas picos, sin ningún interés en llegarse hasta la valla custodiada por el eléctrico Gómez.

Así y todo cuesta mucho poder explicar como Atlanta no logró producir una sola jugada de gol a lo largo de la hora y media de juego.    

Para la emergencia el Morocho del Abasto probó con Lucas Ferreiro como enganche y retrasó a Cisterna como carrilero zurdo. Colocó a Caccialanza y De Paulo (reemplazó a un flojo De Filippi) como marcadores de punta y repitió la dupla central con Jesús y el petizo Arancibia. El rubio Natalichio fue el otro carrilero por derecha y el romántico Romeo el centrojás. Como delanteros insistió con Matos como ariete y el virrey Bianchi por afuera.

Los merluzos empezaron mejor, pero no como para abrirse las venas. Le bastó al movedizo Rodríguez  un par de pisadas y un poco de criterio  para confundir a un mediocampo villacrespense que no encontraba la brújula ni la pelota.

Porque fallaba Natalichio en su sector y poco y nada lo ayudaba el mozalbete De Paulo, carente de toda audacia para invadir territorio enemigo.

Por la izquierda, en tanto, Cisterna mostraba su tradicional  inconsistencia en los últimos tramos de la cancha y tampoco contaba con el apoyo logístico de la proyección de Caccialanza.

Lucas no resultó, al menos este lunes, la solución al grave problema de liderazgo que afronta la escuadra bohemia desde el comienzo de este torneo. Y, si damos vuelta la cabeza hacia atrás,  podríamos exagerar diciendo que desde el retiro del Pepe que los auriazules no encuentran quien agarre la manivela directriz..

Y en el bajo fondo, el petizo Arancibia (por lejos el mejor jugador de esta primera rueda) tras un par de macanitas, terminó resolviendo las ventajas  que daban los laderos y las vacilaciones de Jesús.

Arriba poco y nada aportaron Matos que fue neutralizado sin mayores apremios por una blandengue defensa occidental y el virrey Bianchi que nunca le pudo ganar a los diferentes marcadores que se le cruzaban por una y otra punta.

Sin nada que merezca quedar registrado en tinta sobre el pergamino, salvo alguna intentona de la visita, tan peligrosa como navegar en  bote en los lagos de Palermo, se fue la primera etapa.

En los primeros minutos del período complementario, los zagueros porteños, hicieron todo lo posible para que Merlo hiciera un gol. Pero los del Parque San Martín devolvieron caballerescamente cada uno de los obsequios de sus ocasionales rivales

A los diez, el alineador bohemio consideró que era hora de que el Mágico González justificara su sueldo y los hizo ingresar por un opaco Natalichio.

Les costó a los atlantes rearmarse, pero de la mano del sobrevaluado volante los bohemios empezaron a jugar mejor y a predominar en la contienda, pero no lo suficiente como para hacerse merecedor de los laureles de la victoria.

Atlanta fue un pelotita de pelota paleta chocando con el frontón defensivo que propusieron Los Charros de Merlo, que aguantaron la tibia embestida, a pie firme y sin hesitar.

La más clara del partido fue un centro inofensivo desde lejos que caía sin pena ni gloria sobre el área de Gómez y este se mandó una de biógrafo que por milagro de la Virgen Santísima no fue gol.   

La tierra siguió su curso alrededor del sol, el tiempo se evaporó y Atlanta sumó un mísero punto en un partido asqueroso.

Así terminó esta primera rueda que encuentra a Atlanta pendulando en la mitad de una tabla que aguardaba con impaciencia encontrarlo en los puestos de vanguardia.

La semana próxima será de descanso y reflexión.

¡Que el Altísimo ilumine al Morocho del Abasto para encontrar el rumbo en medio de la neblina que lo obnubila! Y que se piense bien en la nómina de refuerzos para afrontar el desafío del 2009 y limpiarle la cara al equipo y darles renovados bríos para el futuro que se avecina.

Falta mucho, el camino es largo y no está nada dicho.

Y nosotros, mi fiel escudero, busquemos en nuestras alforjas algún mendrugo de ilusión para alimentar nuestra escuálida esperanza.

 

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