Blogia
la bitácora del marqués

COMENTARIO REAL (acerca de Estudiantes 0 vs Atlanta 2, disputado el 27/01/09)

A CABALLO REGALADO…

 

Por el Marqués Milton Saráchaga de la Vega

 

Otra vez en marcha, mi fiel escudero, con mi flaco rocín y la armadura oxidada a pesar de los 40° de sensación térmica, dispuestos a seguir a El Bohemio en este nuevo año y en lo que resta de un torneo que nos encuentra bastante alejados de las fuerzas vanguardistas.

Pero siempre con la esperanza como escudo y la ilusión como lanza para acometer contra los molinos de viento del pesimismo y el mal aguero.

Y ya que hablamos de Agüero ¿No os llama la atención las incorporaciones que ha producido la noble institución de la ribera norte del Maldonado?

Es bien cierto que el planeta se debate en una crisis terminal y que nos acercamos a pasos agigantado a la fin del Mundo, tal lo anunciado por apocalípticos profetas hace siglos atrás.

También es cierto que Atlanta se halla ante la titánica tarea de construir su estadio en el corazón mismo de la megápolis porteña y que eso le insume ingentes óbolos y, que de no mediar una administración serena, se vería afectada por una hemorragia económica mortal.

Pero ¿Consideráis sensato haber invertido lo poco disponible en reforzar la defensa cuando el déficit más grande, estaba a todas luces del medio para adelante?

Creo que esto constituye una evidencia más de la filosofía conservadora de nuestro laborioso entrenador, que prioriza con obsesión el arco propio y, solo después comienza a alzar la vista para divisar, en un horizonte lejano,  lo que debería ser la meta de nuestros atacantes.

Ayer se ganó tras más de una década y media en el difícil reducto ubicado en los pagos donde el Ejército Grande diera cuenta del tirano Rosas un ya lejano 3 de febrero.

Pero festejemos con mesura, porque esta inmerecida victoria fue más un obsequio de la Providencia, de algún que otro error de Rapanelli y de la ingenuidad de los alicaídos pincharratones, que un mérito de nuestros esforzados ágiles.

En el primer saque de meta que tuvo Atlanta al minuto de juego, el bien venido Llinás tardó una eternidad en acomodar la pelota, lo que delataba que el encuentro era encarado con menos ambiciones que las que tenían San Francisco de Asís y el Mahatma Ghandi juntos, y que un solo punto conformaba con creces a las exiguas aspiraciones bohemieras.

Los de Villa Crespo salieron al terreno con su nuevo esquema – al menos para ir de visitas- de cuatro defensores, otros tantos volantes, el Mágico de media punta casi enganche y Matos para facturar.

Así la alineación de la divisa amada fue con Don Rodrigo de cancerbero. Martillo Ortiz, el petizo Arancibia, Nievas y Kondratuck en defensa. Dow Jones (sigue en baja) el rubio Natalichio, Romeo y Lucas en el medio campo y, lo ya dicho: Miguel González y el grandote Matos.

Empezaron mejor los vestidos de verde bombacha y asediaron las inmediaciones con centros que eran siempre conectados por el enemigo, obligando al lucimiento de Don Rodrigo a veces o a los despejes desesperados de Arancibia o Nievas otras. Eso al margen de que los delanteros casereños son bastante burritos los pobres.

Esa arremetida inicial se fue diluyendo y Atlanta se fue haciendo del balón y emparejando las acciones. Hasta conoció una decena de minutos de supremacía merced a la efímera labor de Natalicchio, González y Ferreriro.

Pasado ese lapso donde los azul amarillo hasta pudieron conquistar algún gol, el rubio volante y el Mágico desaparecerían. Lucas también, pero para retornar sobre el final.

La segunda mitad del período se hizo tan aburrido como un domingo sin Fútbol de Primera, con Estudiantes buscando un poco más y Atlanta controlando el resultado sin hesitar.

El debutante Ortiz aparecía firme en su sector, no tanto los zagueros centrales y mucho menos Kondriatuk cuya zona de patrullaje fue sector fue el elegido por el adversario para arrimarse a la valla visitante.

Inclusive una torpeza suya le pudo costar caro a los porteños, cuando se le fue la piernita y derribó sin necesidad a Yazogna, pero afortunadamente Rapanelli se hizo el distraído, como comisario de la bonaerense.

Por el medio los volantes neutralizaban sin problemas a sus colegas estudiantiles, mas a la hora de crear no se les caía una idea ni de casualidad. González desapareció como por arte de magia y Matos se las arreglaba para estar siempre en un lugar distinto a donde iba a parar  el balón.

No extrañó, entonces, que el marcador terminara cerrado al final del período y nada hacía imaginar que las cosas cambiarían para el segundo.

Los acontecimientos se despeñaban inexorablemente hacia el quinto empate consecutivo de loa atlantes, cuando la cosa se complicó al hacerse expulsar tontamente el zapallo de Jones.

Allí se vinieron a la carga los de 3 de Febrero y apareció la figura del retornado Llinás para redondear una actuación estupenda y erigirse en la figura de esta batalla de Caseros.

El morocho Agüero hizo entrar a Guzmán por un desdibujado Natalicchio y poco después a Pinocho Marecos por el averiado Matos.

Y Atlanta mejoró un poco, pero no tanto como para merecer ganar el match.

Si embargo faltando cinco, Ferreiro ingresa al área y cae tocado por su marcador con la fiereza con que Calabró le pegaba a Borromeo. Penal post moderno (esos que se cobran desde que se televisan los partidos) y Bianchi, al que la filosofía le importa un sorongo, que la manda a guardar.

Partido liquidado, sobre todo cuando Brizuela demuestra que los boludos no sólo propiedad de Atlanta y también se hace echar infantilmente.

En la última Lucas se manda una linda jugada de contrataque y define con tiro rasante mientras Guzmán (de buen partido) se le cruzaba por el campo visual del arquero como Pancho por su casa. Gol y a llorar al monasterio.  

Triunfo muy valioso que esperemos sirva de impulso para revertir la pálida imagen que nos quedó del 2008, aunque el fútbol por ahora, en Villa Crespo sigue de vacaciones.

0 comentarios